Llega un día en el que te das cuenta de que sales en las fotos como Carmen de Mairena con legañas, pero en versión chunga. En realidad ya lo sabías, pero te ibas consolando al ver esas viejas fotos que tienes guardadas en una caja de zapatos de cuando Espartero era cadete, que vistas en perspectiva tienes un aspecto estupendo, sobre todo porque no sales en ellas. Es más: si tienes la suerte de haber nacido en un momento en el que ya había ecografías en 4D Dolby Surround de esas impresas y todo, que salen con una definición que a la criatura ya se le ven hasta los piercings, es probable que sea el único retrato que te haga justicia. Esto es una cosa científica, porque demuestra fehacientemente que eres un feto, que en el momento de realizar el retrato está muy bien porque es lo suyo.

Lo malo es cuando tienes ya varias décadas en cada pata y en el DNI en lugar de foto llevas tu ecografía y te identifican sin ningún problema. Si acaso te dicen que en persona estás algo desmejorao. Luego nos extrañamos de que haya asesinatos en serie, gente violenta y pizza con piña. Normal. Cuenta la leyenda que en cierta ocasión un acaudalado caballero acudió al estudio de Picasso para que le hiciera un retrato, y como con la cosa del cubismo aquello tampoco tenía arreglo le pintó una ecografía. Picasso era un puto genio adelantao a su tiempo. ¡Qué crack!

Y llega esa fatídica mañana en la que te miras al espejo y ves con horror que te salen de la nariz y de las orejas muchos pelos. Pero muchos, nivel matojo exhuberante de esos que los ves y exclamas: ¡Hala, qué matojo más exhuberante!. Y como eres tonto piensas que te está saliendo moho como a esa loncha de choped que ya estaba en la nevera cuando compraste el piso en 1984. Si es que además de feo y tonto eres un guarro de lo más plus. Ahí, abusando. Normal que te ignore hasta el surtidor de la gasolinera, que cuando descuelgas el pitorro en lugar de «Ha elegido usted Diésel Plus ultra» te dice: «¡Ay, quítamelo, quítamelooooo!»

Peina la loncha de choped y dónala a la ciencia, que fijo que de ahí se sacan drogas de las buenas. Y te llevas las manos a la cabeza para tirarte de los pelos. Pero como eres idiota no te habías percatao de que hace años que el pelo te crece pa’dentro y por eso se te sale por los orificios nasales y auditivos. Si tienes vello en el orto y en las plantas de los pies es que la cosa ya se te fue de las manos. Te pasa como al caso Bárcenas: eres un caso perdido.

Todo lo contrario que Sandra Mary y Borja, que se mantienen fetén gracias a la benigna climatología de Asturias, su gastronomía macrobiótica y la cosa del turismo activo. Bueno, aquí la gastronomía es macro en general. Por ello, de la misma manera que el 15 es la niña bonita y el 25 plantea graves problemas de rima, llega el capítulo 22, que como son los dos patitos, a los animalistas, los sexadores de patitos y los fans de hacer sus necesidades en un orinal de patito, les va a encantar. A los fans de Luis Fonsi también. (Dos-pa-tiiitos…)

Para los no iniciados en esta absurda historia, mi más sincera enhorabuena. Pero yo por si acaso dejo el enlace al primer capítulo:

Pincha aquí.

Al final de cada capítulo hay un enlace al siguiente, no olviden supervitaminarse y mineralizarse, y esas cosas que digo siempre.

Hala, me pasen al fondo:

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¡Sonso, tía! ¡Ay por favor, qué súper fuerte! ¡No te lo vas a creer! Ahora que ha llegado el buen tiempo, a Borja y a mí nos ha dado por el turismo activo cuqui . Bueno, voy por partes, porque si no, no coges los conceptos tía:

TURISMO ACTIVO CUQUI: dícese del tipo de turismo que es como el otro, pero pagando por sufrir voluntariamente descendiendo barrancos, andando en bici y macarradas así sabiendo de antemano que vas a sufrir. En el turismo activo cuqui no te ponen daiquiris de garrafón, ni hay animadores que bailan la Macarena en la piscina haciendo como que lo pasan chachipiruli a pesar de cobrar seiscientos euros.

BUEN TIEMPO: este es un concepto complejo. En Asturias, dícese de la combinación de la ausencia de lluvias, una humedad aceptable (entre el 200 y el 300%) y una temperatura igual o superior a 20 grados. A partir de 25 grados ya dejan de llamarlo «buen tiempo» y pasan a llamarlo «taqueluparió». En el momento en que se superan los 30 grados se llama «ffffffmimadrestoyemoriseaplazos» y en las redes sociales la gente se insulta un 35% más y quedan para pegarse después del trabajo. Igual que cuando hace mal tiempo.

Total, que llevábamos tres horas en el jardín desparramados en la tumbona disfrutando del solecito, los rayos gamma y la megahumedad y de repente tuve como una revelación que te cagas. ¡Lo ví todo clarísimo tía : vino un ñu surfero en paro con una gorra de la Caja Rural y va el tío y me dice: «¡Ñuuuuuuu!» -porque aquí los ñuses dicen «ñu». Es decir: ñugen. Total, que despues de ñugir me dijo:

«Acordeón, matasellos ¡Nooooo, eso jamás! ¡Alpargata! ¡Mira que no ir al descendimiento del Sella! Pa la calor no hay mejor cosa que el frío. Yo tengo los gigas con Jazztel, que son mejores y traen los bits más rápidos. Cuanto peor mejor para todos los ñus, y cuanto peor para todos otro ñu nos cantaría. ¡Mejor para mí! El suyo Beneficio. ¡Político! ¡Degenerado! ¡Cabronsón! ¡Vete a descender el Sella en Thermomix, estúpida! ¡Ñuuuuu!» Y tal como vino, se fue sin decir ni ñu.

Se conoce que era un ñu cuñao. Un Cuñú. Los de la UVI móvil me trataron fenomenal y después de regarme con la manguera, darme varias bofetadas y de ponerme suero fresquito con gas, como nueva de la insolación . Todo apunta a que no hay daño neurológico ni nada, Josefina, tía. #NoTengoNeuroDañológico

Los de la ambulancia dijeron que en veinte años nunca habían atendido una insolación aquí. También que lo de las bofetadas no entraba en el protocolo, pero como hacía mucho calor estaban algo violentos. El vecino de al lado, por el contrario, dijo que en su opinión todo el mundo es gilipollas excepto él, que es imbécil. Total, que Borja el pobre con un susto que te cagas. Claro, él llevaba gorra y no le afectó demasiado. Bueno, quitando la marca que se le ha quedado en la frente, que parece un Playmobil con el flequillo cortado a bacenilla. Pero dice que un día de estos se pone al sol con burka descapotable y lo iguala. Yo me niego a llevar gorra como Borja y el cuñú, que me queda fatal, pero me voy a comprar una pamela, que creo que en Falcon Crest se llevan mucho otra vez .

Pero el mensaje-revelación del cuñú no cayó en saco roto y busqué en Internet lo del descendimiento del Sella. No es como cuando fuimos al Descendimiento de Galiana, que eso es una calle. El Sella es un río que tienen aquí, todo lleno de piedras por el fondo tiradas de cualquier manera y la gente cuando no tiene otra cosa que hacer, va y lo desciende 

-¡Jo, que aburrimiento! ¿Tomamos un café?
-Qué se yo. Vamos a insultar por el Facebook, o a descender el Sella o algo. Que hace mucho calor.
-¡Venga! Pero deja de darme coces en la espinilla
-Es que hace calor y estoy violento26

Así de mano no nos incitaba nada de nada, porque eso se hace en un barquito pequeño  ¡De plástico, tía! Y hay que remar, que eso ya me parece una cosa súper vulgar. Pero para mí desde ahora, lo que diga el ñu va a misa… #LargaVidaAlÑuSuferoEnParoConGorra #DeLaCajaRural.

¡Ay por favor, qué cosa más pintoresca! Llegas a un sitio que se llama Arriondas, que suena súper bien y si lo dices gritando te calma la tira. ¡ARRIONDAS! ¿A que sí, tía?  pasa igual que con Sotrondio, que si te das con todo el meñique en la mesita de noche dices ¡SOTRONDIO! y se te pasa. Si lo dices en plural, todavía más ¡SOTRONDIOSSSS!.

Allí te dan un traje de neopreno de tirantes opcional. En Arriondas, digo. En Sotrondio no dan porque no hay Sella. Pero el neopreno me quedaba fatal con las Hunter, así que pasando, y me quedé con los Shorts y mi camiseta macarra de Hello Kitty. #NeopreNoMeLoPongo A Borja no le dejaron subirse al barquito con el traje de Capitán Pescacuqui de cuando fuimos a Cudillero, así que él sí que se puso el neopreno #NeopreSiSeLoPuso , que la verdad es que estaba mono y todo, tía .

El barquito que nos dieron era amarillo, porque resulta que no lo tenían en otro tono, que con los shorts azules, el salvavidas rojo y los remos verdes parecíamos los de Parchís ¡Hoooola, soy ficha roja… Ya me dirás, tía… ¡Ay por favor, qué cuadro! #TíaNoTeníanMásColores#QuéPrecarioTodo 

Junto con el barquito, los remos y el salvavidas te dan un bidón para que metas ahí tus cosas por si vuelca el barquito . Los barquitos del Sella son volcables. Yo ahí ya tuve una crisis de ansiedad y exigí enérgicamente que me devolvieran el dinero, porque lo de las combinaciones de colores ahí en plan hippie de Ágata Ruiz de la Prada tiene un pase, que ya sabes que yo me adapto a todo, pero eso de volcar en barquito es un peligro tía. A saber los bichos que viven en el Sella, que seguro que hacen caca dentro del agua #AyQuePoto . El de los barquitos nos quería devolver el dinero y nos regalaba el picnic, pero Borja se plantó y dijo que o descendía el Sella inmediatamente o dejaba de respirar y no me ajuntaba nunca más. Se ha vuelto un malo malote que te cagas, tía 
#ComoGrey #BuenoNO

Con el descendimiento del Sella incluyen un picnic a base de bollo embarazado de chorizo, una botellita de agua y de postre un kit kat. La cosa funciona así: te ponen la barquita en un tobogán, y te empujan al agua a la de tres. A nosotros el señor nos empujó a la de una. Decía que por ir ahorrando tiempo, pero yo creo que fue porque Borja le caía mal y ya estaba harto de él . Al principio lo de remar cuesta mogollón de trabajo, que no veas para avanzar cinco metros. Casi me hago un esguince en el sobaco . ¡La gente desde la orilla nos jaleaba y todo! Luego ya, cuando nos dijeron que el descendimiento era para el otro lado nos dimos la vuelta y mucho mejor Tía. Dónde va a parar… 

Entonces ya desciendes el Sella propiamente dicho. El barquito no tiene volante, pero con el remo ya lo llevas tú para donde quieras. Si remas por la izquierda el barquito va a la derecha y viceversa. Como los ingleses o el gobierno, que son cosas que lo suyo es que vayan al revés .
En nuestro caso, al principio el barquito iba básicamente siempre hacia viceversa de donde queríamos ir. ¡Pero luego ya empezamos a dominarlo que te cagas tía! Al final casi siempre íbamos por el río y todo. Por el camino te vas parando a descansar de vez en cuando y hay chiringuitos por si quieres tomarte una bebida típica. Fanta naranja, Sprite, Cola del Hacendado y cosas de esas de aquí. Sidricocktail no tienen porque esto es una cosa de aventura muy macarra y eso está muy mal visto.

Después de la tira de tiempo remando, que ya llevaríamos más de media hora o así, encallamos a lo bestia en la orilla, que del impacto a mí se me saltaron las gafas de sol de Dior al agua . Pero estuve súper rápida y para disimular estiré un brazo y dije en voz alta:

-¡Ay por favor! ¡Qué súper calor! Me sobran hasta las gafas ¡Hala, a la mierda con ellas, que son de la temporada pasada! ¡Plouf!.

Pero no debió colar, porque unos chavales muy majos que estaban sentados en la orilla fumándose unos cigarrillos que olían raro se partían la caja . ¡Qué rabia me da quedar de cateta descendiendo el Sella, tía! 

Los chicos tenían los ojos así como enrojecidos, que eso seguro que era del cloro del Sella o algo . ¡Pobres! Le preguntamos al único que no se estaba partiendo la caja cuánto faltaba para terminar el descendimiento y va el tío y nos dice que quedaban como tres horas y media. ¡Ay por favor! Menos mal que en el bidón del barquito llevaba unos ansiolíticos, porque si no me dan los siete males. ¡Tía, qué angustioso todo, atrapados en ese entorno salvaje tan hostil! La verdad es que después de un ratito me sentí más relajada a pesar del humo de los cigarros raros que fumaban los chavales. A Borja se le pusieron los ojos rojos también #PutoCloroDelSella. Cuando se me pasen las risas vamos a demandar por lo civil al Departamento de Cloración del Sella. O por la iglesia. Lo que sea más barato.

Luego nos entró como mucha hambre de repente y nos comimos el picnic allí mismo. ¡Qué risas y qué hambre, tía!  Borja tuvo que sobornar a los chavales para que nos dejaran chupar el envoltorio de su kit kat. Luego nos despedimos y nos fuimos a subir al barquito. Cuando te subes al barquito de nuevo, está diseñado para que se vuelque ipso facto y quedes como Cagancho en Almagro. Pero te partes el culo y todo fenomenal.  El agua está fría que te cagas, pero te meas de la risa. ¡Tía, qué hambre! Los chavales fueron muy amables sujetando el barquito para que nos pudiéramos subir. Uno vomitó de las risas y todo y casi se ahoga. El Sella da mogollón de risa, tía. ¡Qué partidura! 

Después pasó una cosa muy rara, porque por más que remábamos, cada pocos segundos nos volvíamos a encontrar a los chicos, y los saludábamos y nos partíamos todos el tórax . Hasta que dejamos de remar los dos del mismo lado todo el rato, que entonces ya no los vimos más. Si remas del mismo lado todo el rato, te da como un deja vu de esos, y es como si ya hubieras pasado por allí antes todo el tiempo. Eso se estudia en primero de conducir barquitos.

Luego nos arrepentimos de habernos comido el picnic tan pronto porque teníamos mogollón de hambrota #TíaQueHambrota . Llamamos a Telepizza, pero resulta que no tienen entrega a domirrío Sella. #NoTienenTía Entonces tuvimos que recurrir a técnicas avanzadas de supervivencia extrema en río, que Borja es experto porque ve Discovery Channel y Supervivientes y una vez fue a Benidorm. Tía, una no sabe lo que es capaz de hacer hasta que se ve en situaciones de extrema necesidad. Afortunadamente ya conocemos bien la naturaleza asturiana y pudimos alimentarnos sin problema. 100 Euros nos gastamos en kit kat y bocatas de chorizo en el siguiente chiringuito #NuncaTiresLaToalla#QueAVerCómoTeSecasLuego

Tía, de verdad. Cuando vengas tienes que hacer el descendimiento del Sella, que eso es una aventura que te cagas. Lo malo es dar la vuelta remando para devolver el barquito, que se hace un poco largo, pero van los señores que alquilan las barquitas animándote a gritos todo el camino desde la orilla. Son doce horas en total, pero merece la pena porque al final te recibe la Guardia Civil y todo y te dan un diploma por valor de doscientos euros.

Otro día te cuento más cositas, Mary Loly. ¡Besitos de Borja y Sandra mary! 


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