Una vez me acuerdo que cumplí los dieciocho. Y fue una cosa muy desasosegante. Que resulta que el día antes no podía votar, ni conducir un Seat 124 con una pegatina de Frenos Necto en el parabrisas haciendo trompos por los polígonos industriales, como El Torete, o entrar en el sex shop. Como El Torete.

El sex shop era un sitio en el que contaba la tradición popular que había partes pudendas de polipropileno, esposas de peluche rosa y muñecas inquietantes, en el que había que entrar con gabardina, sombrero como el del padre del Piraña, gafas de esas con nariz y bigote, y un periódico debajo del brazo. Como disimulando.

Porque ser menor de edad era una mierda pinchada en un palo y no te dejaban hacer nada decente. Pero luego ya, sí.
Total, que de un día para otro ya era mayor de edad y todo cambió que aquello era un no parar y una cosa loca. Por fin podía entrar en el sex shop si me daba la gana, pero por alguna razón de padres, mis padres no me dejaban conducir Seat 124 de desconocidos haciendo trompos, y mucho menos si era en polígonos industriales. Y encima lo de entrar al sex shop daba como corte a pesar de ser mayor, y un amiguete me dijo que con lo que costaba una muñeca inquietante del sex shop te podías comprar un Vespino negro, que era lo más plus, un vídeo Beta, o seis camellos. Que menos mal que me lo dijo a tiempo, porque de lo contrario no habría tenido un Vespino igualmente. Es que lo del sex shop era todo muy caro. Igual que los concesionarios de Vespinos y camellos.

Y por aquel entonces sólo tenían móvil en el coche los polis de “Corrupción en Miami”. Que era como un esmarfón de ahora, pero tamaño maleta de llevar cadáveres y sólo servía para llamar por teléfono y para vacilar por los polígonos industriales de Miami y nada más. Ni güasap, ni feisbuk ni Instagram ni nada de nada. Ahí había que dar la cara en vivo y se te notaba enseguida lo gilipollas que eras. No había postureo que valiera o valiese y según abrías la boca ya subía el pan Bimbo y bajaba la bolsa de Cincinatti.

Que no es como ahora, que te haces 250 selfies y de ellos eliges uno en el que sales más o menos decente, lo filtras bien filtrao con un filtro de esos que te maquillan raruno y te ponen una corona de florecicas o algo de eso, le pones un hashtag y quedas divinamente y súper natural. Pero por aquel entonces si se te ocurría poner hashtags en las llamadas de teléfono quedabas como Cagancho en Almagro y te daban psicofármacos y electroshocks en los pezones, muy merecidamente por otra parte. Vaya tiempos de mierda.

Hacer una llamada perdida por aquellos esmarfones de «Corrupción en Miami» costaba como un piso pequeño en Algete, pero oye, tenían esmarfón los muy cabrones. Eso sí: a cambio tenían que ir con zapatos sin calcetines y pantalones blancos y llevar el pelo como los futbolistas de los ochenta. Que eso era una cosa obligatoria por ley de Miami para que los agentes antivicio no se subieran mucho a la parra con la tontería del esmarfón en el coche descapotable, el cocodrilo en el yate y horteradas así. No se puede tener todo. La verdad es que aquella serie no había por dónde cogerla, y además nadie hablaba acerca del nivel de vida que llevaban aquellos polis que luchaban contra el narcotráfico por un sueldo de mierda, pero resulta que vivían mejor y vestían más horteras aún que los narcotraficantes que detenían. Pero vamos a ver si nos centramos: ¡QUE LA SERIE SE INTITULABA “CORRUPCIÓN EN MIAMI”, JODER! ¡QUE MIRA QUE NOS DABAN PISTAS!

Pero claro, como era una cosa que salía en la tele, pues le dábamos credibilidad y tragábamos porque estábamos como las amebas, ahí evolucionando lo justo pa pasar la ITV. ¡Buah! Pero si de aquella los abuelos le hablaban a la tele, y le echaban la bronca al hombre del tiempo si no acertaba, o a los concursantes del Un Dos Tres si elegían el sobre que llevaba la Ruperta, que era una puta mierda, en lugar del sobre del Seat 124 Sport, que eso sí que molaba y se podían hacer trompos en los polígonos industriales ¡Por favor!

Sin embargo, ahora ya no le damos credibilidad ninguna a la tele y ya no comulgamos con ruedas de molino porque estamos evolucionaos del copón y ya no somos seres tan manipulables ni nada ¡Jajajajajaja! ¡Por favor! Ahora ya tenemos Aliexpress, que venden muñecas inquietantes a precio de esmarfón, y te las mandan a casa sin pasar vergüenza ni nada. Y redes sociales, que es un avance tremendo porque ya tú comulgas a la carta con las ruedas de molino que te salga del entrepato, e insultas a Roberto Brasero cuando no acierta con el tiempo, que suele pasar prácticamente todos los días que llevan “s” y el domingo, y también a los que salen en First dates, que es una cosa muy terapéutica.

Y por eso cumplir dieciocho es tan importante, y la historia de Borja y Sandra Mary no iba a ser menos con la cosa de la mayoría de edad. Para los no iniciados dejo el enlace al primer capítulo: http://www.ismaalvarezpaz.es/capitulo-1-cronicas-desde-paraiso-diario-dos-emigrantes-asturias
Capítulo 18


 

¡Sonso tía! ¡Ay, desde que voy al sitio ese de la cosa del Reiki, el espiritualismo y la chapa y pintura de chacras, Borja ya no está tan insoportable como antes!    Es súper curioso, porque yo también me encuentro un poquito mejor . ¡Pero lo que de verdad me alivia es que Borja ya no es un cerdo, tía! #ElReikiLeVieneFenomenalABorja   

Ahora he convertido mi sesión de espiritualismo y chacración en una de mis súper obligaciones semanales, junto con ir a la pelu y a la pedicura. Vaya, que ahora es como si fuera un chacramento #EsoLaPeluYlaPedicuraVanAMisaTía

A la fotodepilación la verdad es que últimamente voy poco, que ya debería ir pensando en pasarme por allí y eso, porque ya se va acercando el verano y estas cosas si las dejas luego es peor. Que el verano pasado lo dejé para última hora y al hacerme las piernas me llamaron José Manuel , y me tuvieron que hacer las ingles brasileñas con espada láser, y flipas con lo que cobran por hora las depiladoras Jedi. No me extraña que la fuerza les acompañe #NosHaJodidoAbrilConSusLloviznas   ¡No se puede ser tan dejada tía!

Como tengo los chacras bien que te cagas, este sábado nos hemos ido a un mercadillo que ponen cerquita de casa. Por una vez Borja no ha protestado, porque se aburre mogollón en los mercadillos y dice que son todos iguales, pero con tal de no perturbarme la puesta a punto de chacras ahora hace lo que yo quiera #EsunAmor#VaAlMercadilloSinProtestar #Ayquemelocomo #QuéBienLeSientaElReiki#AsíSí   

La verdad es que hasta ahora sólo habíamos ido a mercadillos de quesos que huelen, bollos embarazados de chorizo, y embutidos de jabalí y antílope y esas cosas de comer que tienen aquí, pero el mercadillo de al lado de casa es como súper exótico y multicultural que te cagas. Es como la ONU, pero en vez de decir gilipolleces en inglés, dicen “A tres euros que lo tengo, Marías” “Tengo calzoncillos de Calvon Klain a destajo, pa que el marido y el querido lleven tapao el badajo” y así todo. ¡Ay, si lo llego a saber vengo antes! Es como una peli de Almodóvar, pero puedes comprar cosas que no sean pelis de Almodóvar   

Cuando llegas al mercadillo, lo primero que ves es un montón de puestecitos así como chabolistas, como los que ponen en las películas de acción para que los malos se los lleven por delante en las persecuciones y tiren toda la fruta por el suelo y luego el señor del puesto se cisque en todos sus antepasados en extranjero mientras levanta los puños en plan amenazador. Pero aquí, además de fruta venden más cosas, tía.

Está la sección de calzado, que lo mismo tienes unas zapatillas de Chanel de las de estar en casa, que unos taconazos de Adidas rosa chicle con brillantes y tus iniciales en dorado. Que no tenía ni idea de que en los mercadillos había cosas de marca, pero sí que hay. #QueLoHevistoYo . Lo raro es que son modelos que yo no conocía, que he mirado en la web de Chanel y no tienen línea de zapatillas de cuadros de estar en casa. Debe ser una línea exclusiva para el mercadillo o algo. Claro, por la cosa del marketing y la responsabilidad social y eso, para que el pueblo llano pueda llevar cosas de Chanel    #MePareceSúperBien#QuéMajosLosDeChanel

Me he comprado por seis euros unas zapatillas de Chanel muy calentitas, aunque al fijarme bien me di cuenta de que tenían un defecto en el logotipo y resulta que ponían “Chocho Chenil”. Pero calentitas sí que son.

Luego está la sección de ropa interior y lencería en general, que tienen unos picardías monísimos y súper sexys de Bacteria’s Secret a unos precios de escándalo   . Y además tienen tallas desde la S a la XXXXXXXXXXXXXL, que eso no se encuentra ni en el AliExpress de tallas grandes. Aquí en lugar de acercarse a ti la dependienta para decirte en voz bajita: “Disculpe, ¿Puedo ayudarle en algo?”, hay una señora que grita todo el rato:

«¡¡Animarse, Marías!! ¡¡Tengo picardías a saco pa poner al marido verraco!!” “¡Ay el picardías barato! ¡Pal aquí te pillo aquí te mato” y así todo el rato, que esto es un poema continuo y un no parar, tía

Los precios los tienen escritos a rotulador gordo en unos carteles fosforito de esos de “Se alquila”, que eso puesto encima de la sección de bragas queda raro. Por cierto tía, ¡Tienen braguitas de Armani! Bueno, la verdad es que llevan bordado “Empurio Armenio”, pero la señora me aseguró que eran auténticas “pero con defecto de fabricacionamientación en el logopijo”. Total, que el pack de seis braguitas con defectos en el logopijo, cuatro euros tía.  Me he comprado seis packs y la señora me ha regalado una muestra de Chanel Nº 6,05, que es como el Nº5 pero con el IVA incluido #QuéDetallazoTía   

En la sección de caballero le he comprado a Borja media docena de Boxers monísimos de Ponche & Mengana y un set de setenta calcetines de Hugo Puss. En el cartel de “Se Alquila” ponía “Los calcetines de Hugo Puss, pa llevar calientes los pius”, que se conoce que al señor del puesto no se le da bien la cosa de la poesía o algo…   

¡Tía, que también tienen sección de deportes! Casi me vuelvo loca con las sudaderas doradas con flecos de “Cuco Chonil”. El logo es un poco grande, de 50 x 50, pero en Pilates lo voy a petar fijísimo. Borja se ha cogido unas mallas de running de Adodas y tres camisetas de Lumis Estrauss 502 tiradas de precio #QuéBien #EstoEsElParaísoTía   

Después de los puestecitos de “Tengo la braga caliente de Logroño pa tapar la parte de levante y la de poniente” están los puestos de cosas de comer, que esos ya los conocemos bien. He ido a comprar una docena de huevos ecológicos de gallinas de caleya ecológica de las de sin asfaltar , pero Borja no me ha dejado porque dice que ha leído en viraltotalqueloflipas.com que hay una red mafiosa de señoras de pueblo que compran huevos de contrabando en China y luego los pintan aquí con caca de gallina para que parezcan de gallina ecológica. Deben ser los huevos pintos de los que tanto hemos oído hablar, que creo que hacen una fiesta y todo. Total, que Borja no me ha dejado comprarlos porque la señora no tenía el Certificado Europeo de Vendedora de Ecohuevos ni la Licencia de Ocupación de Caleyas. #CuandoSePoneEnPlanAbogadoNoLoSoportoTía #YoQueríaEcoHuevos   

Luego ya están los puestos aburridos, que son unos puestos que tienen cosas raras, chismes con óxido, manivelas, y aparatos vintage con los cables pelados    . Y Borja encantado, que le han hecho los ojos chiribitas, tía #NoHayQuienLosEntienda ¡Una hora me ha tenido viendo aquel rollo! #YaLeVale #EsunCerdoEgoísta #ElMercadilloEsUnRollo#Protesto #AsíNo   

De entrada había un puesto regentado por un señor que se parecía al pianista de Camela, que lo que era el puesto propiamente dicho era una sábana en el suelo llena de disqueteras viejas de ordenador. A un euro todas, menos una que la tenía a 20 euros porque dentro vivía una zarigüeya y decía el señor del puesto que era una disquetera ecológica bio y te regalaba una bolsa de comida para zarigüeyas #SePasanConLosPreciosDeLasCosasBio   .

También vendían los libros por tamaños o por metros cúbicos: a 1 euro los finos y a 3 euros los gordos, que el que no tiene la “Enciclopedia ilustrada del tapete” o “Aprenda a circuncidarse en casa en tres lecciones” es porque no quiere. También tenían una maceta vintage así como de porcelana blanca, que ahí me quedarían los crisantemos monísimos, pero cuando le he preguntado el precio al señor, me ha dicho a voces:

“¡¡El orinal casi sin usar, a 20 euros que se lo deeejo!!” “¡¡Ay la muchaaacha, que se ha llevao en un tris el orinal pa hacer piiiis!!”

Y me ha dado como bajona y no me lo he comprado, que al señor del puesto le ha parecido fatal:

“¡¡Ay la pija loooca, anda a mear al Roooooca!! ¡Mala zigua le dea mientras meeea!”

¡Tía, en este templo de la poesía popular, García Lorca y Alberti habrían tenido que dedicarse a circuncidar zarigüeyas y tapetes de ganchillo!   

Al final Borja se ha comprado una disquetera normal toda llena de roña, de las de sin zarigüeya, tres cassetes de chistes de gangosos de Arévalo sin rebobinar (o sea, nin nemominar), un elepé rarísimo de Camela edición coleccionista que resulta que tiene repetida la de “Cuando zarpa el amor” y la de “Muero de amor cuando zarpas con tus tacones dorados de Adidas en las zarpas” por las dos caras, y una radio antigua asquerosa que le ha dicho el señor a Borja que si le secaba bien todo el agua y el barro que tenía dentro funcionaba muy bien y se cogía Radio Pirenaica y a Luis del Olmo. Dice Borja que la va a poner en la sala junto al DVD así en plan ecléctico y vintage #YoNoLoVeo #YaSeLaTiraréCuandoNoMire   

Total, que esto es una trampa y un vicio tía, que vienes sólo a mirar y te vas con un montón de cosas. ¡Como en el Ikea, o en Louis Vuitton! Tenemos el maletero del mini hasta arriba y… ¡¡¡AY POR FAVOOOOOOR!!! ¡¡¡TE DEJO TÍA!!! Yo me apeo del Mini y me voy corriendo con las zapatillas de Chocho Chenil, ¡¡¡AYYYYY, QUE DICE BORJA QUE DENTRO DE LA RADIO ASQUEROSA DE COGER RADIO PIRENAICA HAY ALGO QUE SE MUEVE Y QUE LOS VA A LLAMAR PIXIE Y DIXIE!!!!  

Otro día te cuento más cositas si no me da un infartito antes. ¡¡Besitos de Borja y Sandra Mar… ¡¡¡AYYYYYYYY!!!! ¡¡¡¡QUÍTAMELO, QUÍTAMELOOOOOOO!!!!

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