Amiguitos: por fin podemos dormir tranquilos. No se si se habrán dado cuenta, pero en breve vamos a tener un fantástico escudo antimisiles que hace diez años era un truño fascistoide, imperialista y tontorrón inventado y promovido por zagales de contrastado nivel intelectual como Reagan y el Tío Bush, cosa con la que personalmente estaba y estoy totalmente de acuerdo, y sin embargo ahora se ha convertido por arte de birlibirloque en una cosa muy molona y que además va a generar un puñadete de unos mil empleos o así. Todo son ventajas, y además no hace falta consultarlo con nadie no vaya a ser que digan que no, cosa que sería asquerosamente antidemocrática y errónea a más no poder. Ya se sabe que la plebe, y los demás en general, no tenemos ni puta idea y hay que llevarnos por el recto camino.
Supongo que esto será muy útil para salvaguardar la seguridad nacional, sobre todo en el supuesto de que a algún malo malote le de por colarnos una simpática bomba oculta en el dobladillo de la chilaba, por poner un sencillo ejemplo. Para mingitar y no expulsar un mísero mililitro (o como se diría en los ambientes de la LOGSE: «pa mear y no echar gota») porque somos tan pacifistas y tan guays que no nos aguantamos a nosotros mismos. Éramos pocos y parió la abuela con atroces sufrimientos en los bajos fondos.
Y hablando de abuelas, si a esto le añadimos que Doña Cayetana, Grande de España ella, ha contraído nupcias con un señor que está enamoradísimo hasta el mismísimo corvejón derecho como cualquier cuadrúpedo que se precie, a nadie se le escapa que debemos sentirnos finos y seguros y disfrutar del olor de las nubes mientras departimos amigablemente con nuestras repectivas menstruaciones, eso sí, debidamente sincronizadas como corresponde a nuestro maravilloso mundo de gominolas de colores y conguitos políticamente correctos. El que no se consuela es porque no quiere, o bien porque se fija en lo que pasa a su alrededor. Una de dos.
Pero eso sí: el hecho de que cada día se vayan a la calle unas 300 familias por no poder pagar sus pufos al mismo banco que hace seis años les concedió crédito a paladas y como si no costara, que el paro crezca de forma más que alarmante, que sigamos «saneando» la banca con dineritos públicos, que la mayor preocupación sea llegar a mediados de mes (y eso con suerte), que la educación caiga en picado, que todo suba menos los sueldos, que la patronal diga que hay que quitar los puentes festivos porque menoscaban la productividad, que no se pueda abrir la boca por el qué dirán, que Rajoy, Rubalcaba y sus amiguitos multimillonarios sigan babeando a los cuatro vientos sus delirios mongólicos y dándonos clases de ética y moral (que le ronca los perendengues), o que sigan proliferando parásitos sociales de todo pelaje, son cuestiones menores. Vamos, lo que se dice «daños colaterales» o en manchego clásico «el que no se ha escondío, tiempo ha tenío».
En tanto funcione el escudo del Tío Sam, la Cocacola siga teniendo gas y Cayetana duerma calentita a la sombra de un Goya de los de verdad mientras el duque consorte le ceba la sopita, todo irá bien.
Para completar el cuadro, a ver si con un poco de suerte las próximas elecciones las patrocina Telecinco y los resultados nos lo dan Berlusconi vestido de chulapa y la Esteban con chándal y tacones de aguja.
¡Ah! Y no olviden que pueden llamar zorra a su mujer sin cortarse un pelo, que ha dicho el Sr. Juez que es un halago del copón.
Hasta la próxima, si es que llegamos vivos…