Al igual que los sastres, cada vez que nuestras altas esferas toman medidas, invariablemente nos tocan la entrepierna. No falla. Para mí que los españoles venimos con coquilla de serie o tenemos las partes pudendas  anestesiadas de tanto tocamiento, porque en caso contrario no se explica que aún no hayamos ido a las barricadas. Mientras tanto ellos a lo suyo, tirándose granos de arroz unos a otros con el canuto de un boli Bic:

Pepiño dice que los del PP o son frikis o anarcoides y  Cospe, «la bien pagá» le replica que friki es el que propone quitarse la corbata en verano para ahorrar en aire acondicionado o reduce los límites de velocidad a 110. Divinos los dos. Yo me quedo con la teoría de la mamá de Forrest Gump, que decía que «tonto es el que dice tonterías» o que la vida es como una caja de bombones: nunca sabes cual te va a tocar».

Bien pensado, respecto a lo de los bombones hay que decir que a los sufridos ciudadanos generalmente nos tocan los de licor (¿Qué brebaje llevarán dentro?) o los rellenos de coco,  piña, plátano, chistorra y butifarra de la Garriga que, para que nos vamos a engañar, no hay Zeus que se los trague. Los de praliné, trufa y nougat que son los que molan, ya se han encargado de rapiñarlos debidamente en nuestros ayuntamientos, sedes sindicales, parlamentos y demás parafernalia chiringuitera del Movimiento. Si acaso, a veces en la caja se dejan alguno ligeramente chupado o con discretas mordidas. Mayormente, para disimular.

Y mientras Pepiño distrae a la concurrencia, Rubalcaba se cuela por la banda y ya va avisando  de que habrá nuevas medidas de ahorro. De hecho, fuentes de toda solvencia ya apuntan que el Papa dejará de dar la bendición «Urbi et Orbi», y a partir de ahora sólo la dará «Urbi» para que el Espíritu Santo gaste menos combustible, que ya se sabe que el orbe es muy amplio y luego el consumo se dispara a lo tonto.

Otra medida de ahorro muy eficaz sería circular de noche con las luces apagadas, encender el limpiaparabrisas sólo si la lluvia es torrencial, aprovechar las cuestas hacia abajo para ir en punto muerto y pasar la ITV por Internet. Y nada de ir escuchando al Fary, que el «arradio» del coche gasta lo suyo ¡Tontorrones!

Y como la electricidad está a precio de estupefaciente del bueno y lo que te rondaré morena, todos a alumbrarnos con velas caseras hechas de cerumen orejero, porque a buen seguro que se inventarán un Impuesto sobre la Cera y las Labores apícolas. Los de la Granja San Francisco deben estar que no mean.

En definitiva, querida chavalada: al igual que al Pichi, aquel chulo que castigaba a las chulaponas, nos van a ondular con la «permanén».

Pero a base de bien…