Querida prima Evelyn del Rosario:

Acá en Madrid bien. Eh todo grande de cohone. Ya tú sabeh. He tenido la dehgrasia de caelme dentlo de un comersio que hay. Eh enolme. Putamadrequeloparió! Iba yo tranquilamente caminando y pensando en mih huevadah y eso pol’ la Gran Vía sin metelme con nadie y de repente empiesa a empujalme una multitud de hente que yo no me puedo ehplical de dónde caraho salieron. Lo de ir pol la Gran Vía eh una Gran Verga.

¡He vihto disculsoh de Fidel con menoh afluensia de público! Al prinsipio intenté nadal a contracorrientes, pero luego ya me dehé lleval polque uno se cansa de brasear a lo comemieldah. Tremenda cagada.

Cuando me he querido dal cuenta, la hente me andaba pisotiando. He subido tumbao pol la mielda la ecalera mecánica. Una señora muy amable me iba suhetando la mano clavándome tremendo taconaso pa que no me fuera a ehcurrilme pol la ehcalera pa baho. ¡Qué hente máh atenta, caraho! Ahora tengo que pagal todo con tarheta, polque cuando me dan el cambio se me caen po’l aguhero lah monedah.

Al llegal arriba, la mielda la ehcalera mecánica me enganchó la manga la casadora nueva. A cagal la casadora Yo me cago en lah ehcalerah mecánicah. Eso eh un puto peligro de mielda. Había que fusilal a loh hihoeputah que lah fabrican. Panda colnudoh culicagaos!

Ehto eh una invensión del maligno. Una señora me ha calgao de bolsah la muy pendeha mientlah se probaba todah lah bragah colol calne por ensima la falda. La secsión de bragah eh como de sinco hectáreah. La muy comemieldah me ha obligao a recorrelme todo el braguerío sin dehalme desir nada. Bueno, ahí tengo cohtumbre, pero da igual. Tremenda hodedera.

Luego resultó que el marido había pedido asilo en unos aparcamientoh pa maridoh que tienen en ehte sitio de mielda. Allá ehtaba el cabronsón sentado calgando el selular. Ohalá se le rompa la pantalla o algo al maricón.

Allá que le tiré lah bolsah al jueputa mieldero, que cuando la muhel lo descubrió tremenda berrera le pegó. Que se hoda. En agradesimiento, la muhel me ha dao un beso con lengua y unah blagas autografiadas. Y eso que le dihe que prefería que me quitara un riñón, o el hígado o cualquier ólgano interno. Ya tú sabeh.

Pol fin me pude ehcapal de este sitio de loh cohoneh. Pero dehpuéh de pasal pol caha. No sé cómo caraho llevaba un carro lleno hahta la santa verga de bragah, sohteneh y vehtidoh de floreh. 500 euroh a la mielda. Eh todo feo de la puta madre que lo parió, pero ya con tal de ehcapal me impoltaba medio caraho.

No vuelvo máh al Primalk de Gran Verga.

Nota: te ehcribo ehto pol calta polque nada máh salir de ehta puta cársel de mielda me robaron el selular.

Resibe un fuelte abraso de tu plimo y si vieneh de visita acá, no vayah a venil a ehta remamahuevadera. Eh mehol tiralse de la guagua en malcha. Ya tú sabeh.

Atentamente:

Tu primo Robelto.