Buenos días.

Dejo aquí una serie de sentencias «un día eres joven y al siguiente…», para contribuir al bienestar de esas personas que un día eran jóvenes, y al siguiente tenían «una edad».

-Un día eres una joven princesa y al siguiente, el príncipe te toma delicadamente por la cintura, y te levanta para auparte a lomos de tu corcel. Resultado: ingreso por lesión severa de espalda y desprendimiento de riñonada. Eso el príncipe. Tú te has tirao un cuesco durante el intento de subida y tienes lumbalgia hasta en los calcaños.

-Un día eres joven y al siguiente lees las vallas publicitarias silabeando a la par que te lamentas por no haber traído las gafas «de ver».

-Un día eres joven y al siguiente tecleas en el móvil con evidentes dificultades, con el dedo índice estirao y poniendo ojos achinaos porque no ves una mierda:

  • Paco, ¿esto es una «a» o una «ñ»?
  • ¡Eso es el mando de la tele, Mari! ¡Deja de enredar y ponte las gafas de ver!

-Un día eres joven y al siguiente dices «Ay qué coño» cada vez que te sientas en un sofá, y luego tienes que arrastrar el culo hasta el mismo borde a la par que pones las patas en posición Lina Morgan cuando intentas levantarte porque si no, imposible. Suponiendo que logres el ascenso, debes proferir un sonido gutural, más o menos así: «gñññññaaaaaygonsumadrayquécoño…» y una vez en posición vertical, aguardar unos minutos llevándote las manos a la riñonada como si fueras a cantar una jotica. Pero no cantes la jotica, que te hace parecer (más) mayor. Mira a Cher, por ejemplo: JAMÁS canta joticas tras levantarse del sofá, porque sabe que le hacen parecer mayor.

-Un día eres joven, y al siguiente te pones en los pasos de cebra a hacerles señas a los conductores para que pasen.

-Un día vas a cruzar un paso de cebra, pero como no te has traído las gafas «de ver», no estás seguro de si hay paso de cebra o no. Por las dudas, le haces señas a un camión de Alimerka para que pase. A lo mejor no es de Alimerka, sino de Correos. Ser, es amarillo y es un camión. Casi seguro.

-Un día eres joven y al siguiente TODAS las canciones que escuchan los zagales te suenan «guachun beibe tu mai jart». Da igual que estén en inglés, o en noruego.

-Un día eres joven y al siguiente dices «está todo carísimo», «es una vergüenza», y rememoras con nostalgia los relojes de Kiko Ledgard (qué nostalgia me acaba de entrar. Es una vergüenza y está todo carísimo).

-Un día eres joven, y al siguiente recuerdas con nostalgia cuando el reloj de la Puerta del Sol era de arena y narraba las campanadas un señor con capa, como Ramón García, pero hablando raro: «Noten vuestras mercedes que antes que el alguacil taña con maestría la campanada primera, y a la cual, quiéralo el Altísimo seguirán las once que restan, habrán de sonar en número de cuatro otras campanas de menor porte, cuyo fin no es otro sino prevenir a cuantos las escucharen de que lo que ha de llegar después no son sino los doce tañidos que marquen el fin del año viejo y la llegada del nuevo con gran alborozo para niños y viejos. Que luego os faltan uvas, y no es poca la faz de catacaldos y Abundios que se os queda».

¡Hala! Que paice que no va a hacer falta paraguas…