Poco se habla de los trabajos desagradecidos y peligrosos. Que, aunque no lo parezca, y a pesar de nuestro glorioso pasado imperial, en España los hay. Fíjate si habrá, que incluso hay gente que no llega ni a mileurista. Y si me apuras un poco, no llega ni a eurista, categoría esta tan en boga en estos tiempos tan… en estos tiempos.
Que por cierto, el problema aquí no es que falte trabajo. Es que falta trabajo en el que te paguen, que es un detalle que parece que no tiene importancia, pero…
Vaya, que si no hay pleno empleo, esto es así, es porque no queremos ¡Lo que no hay es pleno cobro, coño! Que hay que decirlo todo.
Pero a lo que voy, ¡Que me liais cabroneh/ah!:
Trabajos durillos los ha habido siempre. De toda la vida de Dios. Por ejemplo, picapedrero, orinal humano, catador de venenos, catador de brócoli, limpiador de culo real, esclavo albañil de grandes monumentos de la antigüedad, charcutera de Alimer… de supermercado…
-¿El jamonyor, le vale así de fino?
-No, nena. Córtamelo más finín.
-¿Así?
-Más finín. Que si no el chiquillo se me atraganta
-¿Así?
-Un poco más fino, vida
-Señora, he visto cabellos de hada del bosque cortados por la mitad más gordos que esta loncha. Estamos a una finez de convertirlo en la primera loncha gaseosa de jamonyor de la historia.
-Un poquitín más, cariño. Que todavía es visible a simple vista
-¿Así?
-No, que está muy fino ¡Que venga el encargao!
Hay trabajos muy duros. Por abundar en ejemplos, ¿Cómo las tuvo que pasar el pavo que sostenía el micrófono en el discurso aquel que dio Franco hablando en inglé reguetonero? Amos, no me jodas:
«… cantri, reliyon, femili ¡Dis is auar eim an drín! ¡Gromenagüer! ¡Vivaespaña, primo!»
Tú echa números de la sudó fría que le tenía que de chorreá a ese muchacho por la espalda pabajo. Imagina que el andoba hubiera aprendío inglé con un curso de discos de gramófono muy bueno que sacaba el Planetagostini de la época a primeros de septiembre, a razón de un disco de pizarra y un cuadernillo daprendé inglé por semana, y además de comprárselo se lo empollara todas las semanas. Que ya hay que ser masoca. Claro, si el tío se estuviera empanando mínimamente de lo que decía Su Excelencia El Jefe del Estado (His excelens de boss of the esteit), y lo que quería decir endeverdá el texto original, eso tenía que dejar el discurso de la Miss aquella que decía que Confusio era el que inventó la confusión (confución), a la altura del puto Cicerón los días en que se levantaba con la inspiración romana subida. No alcanzo a imaginar al tío aguantándose la partidura de ojete al oír lo de «Vivaspaña» como colofón. A ver, eso al tío le tuvo que salir por algún sitio. En forma de cuesco o algo. Que seguramente sería menos peligroso peerse al final del discurso que descojonarse vivo.
-Usté perdone el cuesco, excelencia. Ha sío por las magníficas alubias españolas que me he apretao pa almorzar.
Nos ha jodido mayo. Ahí había que hilar fino ¿Que hay que elegir entre cuesco o descojone? ¡Elige cuesco, insensato!
Es verdad que esa misma técnica de inglés la utilizó décadas después el Príncipe Gitano (D.E.P.), perpetrando aquel temazo de Elvis:
An de jar mama craiiiii
Cosinifi guan sido sido ni modrili
yian grin monfi
in de gue e tooooooo….
Pero no vale como ejemplo porque para empezar, el Príncipe Gitano estaba bien pagao, y además el riesgo era mínimo al ser una minoría étnica oprimida saliendo por la tele democrática. Eran otros tiempos, claro. Porque no es lo mismo partirse el ojete en mitad de un discurso de Franco en la lengua de Chaquespeare en la época en que el Generalísimo era un super hit de la hostia, siempre en el número uno de los Cuarenta Nacionales, que descojonarse de lo mismo en tiempos de democracia de la de antes. En tiempos de la democracia de ahora ya hay que tener más cuidadín con lo que se osa expresar, pero eso es otro tema que requiere hablar con mi abogada antes.
Claro, lo del pavo que le sostenía el micrófono a Franco hablando en inglé del mismo Ferrol del Caudillo, y lo de «Güen de mama crai in de gueto» no son hitos comparables en absoluto. Eso es como comparar el entrañable y harinoso Cola Cao nacional con esa invención del invasor extranjero que es el Nesquik, que no hace grumos ni nada, ni te pone en riesgo severo de asfixia si te lo comes en seco a cucharadas (esto lo sé por un amigo que tengo).
Hay que decirlo abiertamente: hay trabajos que son una mierda y un peligro muy grande, y están mal pagaos o directamente no se pagan o incluso tienes que pagar por ellos. Pero para desempeñar trabajos de los de antaño, como el de Técnico Superior en Sujetar el Micrófono Cuando Franco daba Discursos en Inglés del Ferrol, y jugarte el paredón en cada discurso si ese día no te podías aguantar el descojone, había que tenerlos gordos como Indeguetos.
Amos, no me jodas…