Las cosas, como NO son

Las cosas, como NO son

o de llamar a las cosas por el nombre que no es, mola muchísimo porque parece que el mundo es mejor. Casi siempre. Porque lo de llamar «el esférico» a la pelota de jugar al júrgol, «el colegiado» al árbitro o «el cancerbero» al portero, da muchas ganas de ir a Ikea a...