o de llamar a las cosas por el nombre que no es, mola muchísimo porque parece que el mundo es mejor. Casi siempre. Porque lo de llamar «el esférico» a la pelota de jugar al júrgol, «el colegiado» al árbitro o «el cancerbero» al portero, da muchas ganas de ir a Ikea a comprar guillotinas (Kortatärro), látigos (Zäska) y garrotes viles (Petanuëz).

Pero en general, no me diréis que no es molón del todo llamar a las cosas así:

Resiliencia: te jodes y bailas.

Coyuntura de desaceleración temporal: tamos en la pvta ruina.

Armonización fiscal: abrid el ojal, ¡pringaos!

Transporte sostenible: en lugar de llevar el material pa reformar el aseo en tu cequince reglamentaria de albañil, te jodes y vas cargando con él a hombros en el metro. Fascista contaminador.

Seremos inflexibles con la corrupción: seremos inflexibles con la corrupción en las filas ajenas. En las nuestras, aserejé ja dejé gromenagüer y es todo por culpa del grpthusnfjhs, de los Illuminati y de Jordi Hurtado, que algo habrá hecho en sus seis siglos de carrera con esa cara de no haber roto un plato. Platos, no sé. Pero flechas de sílex, seguro que pila de ellas.

Estamos en un claro momento de pujanza y recuperación con respecto al resto de países de la OCDE: tamos en la pvta ruina.

Estamos tratando de abrir caminos que lleven a un entendimiento en el que prime lo mucho que nos une frente a lo poco que nos separa: ¡Pardiez! Temo que mi cómoda posición amamantándome de las ubres públicas se vea amenazada y tenga que ganarme la vida ahí, como los pobres ¡Ay, parfavar! ¡Qué ascazo!

Es necesario activar mecanismos de solidaridad interterritorial que corrijan los desequilibrios en materia de renta: to pa ti, y si sobra algo ya lo vamos viendo.

Siempre hemos defendido nuestra posición en esta materia: no es que antes dijéramos que por supuesto que sí, luego que ¡meh! y ahora que no. Es que somos de convicciones fijas discontinuas.

Gato: entidad divergente que unas veces es martillo neumático y otras Seat 124 en función de cosas muy tochas que tonto el que lo lea y a la hoguera con él.

Libertad de expresión: derecho que faculta a las personas y a los martillos pilones para emitir cuantas opiniones y consideraciones estimen oportunas dentro de lo que nos salga del nardo a nosotros, que somos los que decidimos lo que sí y lo que no. Si lo digo yo, es libertad de expresión. Si lo dices tú, se muera tu papa.

Datos objetivos: herejía que sólo debe ser tolerada si combina bien con la decoración que a mí me salga del entrepato.

La voluntad del pueblo me ha otorgado un papel de representatividad que me hace intocable: yo iba tan tranquilo sin meterme con nadie, tropecé con un ñordo de búfalo, me caí el octavo en unas listas electorales cerradas y ahora soy diputao por aclamación popular. ¿Cuándo dan el bocata?

A pasar buen viernes, que creo que dan lluvia pa por la tarde. Ojo con el tendal. Y con lo que no es el tendal.