La más fascinante de la profesiones modernas en redes sociales: los/as influmamarrachers del Hacendado. Está pasando. Y lo peor es que es gente que puede vivir en la puerta de al lado. De eso que dices: «siempre saludaba cuando te lo encontrabas en el portal, en el ascensor o en la charcutería del Alimerka haciéndose selfies en el espejo. O comprando mortadela con aceitunas de Gucci. O sea, que ya veías que era mazo de mamarracher y tal, pero saludar, saludaba».

Lo bueno, es que ya sabemos que en caso de invasión la fase de guerra dura un cuarto de hora. Tirando por lo alto.