¡Dios qué día más güeno!

A lo primero veo a Aznar hablando de buena mañana y me entra como una cosa de que me han perdonao la vida. Oyes, ¡Y una paz interior! ¡Y lo a gustirrinín que te quedas!

Y aluego ya, viene mi mujer de la pelu, que se iba a hacer un look igualito que el de una foto que me enseñó que me pareció muy bien, así como con flequillo estiloso y arrubiascao muy ponible. Y como es natural el estilista hizo lo que le salió del entrepato, y me viene con el pelo así como morao. Que está muy guapa. Ojo. ¡EEEEH! Cuidao. ¡Guapísima! Pero aún me dura el impacto

¡Voy a escribir un poema, joer! ¡Pa celebrarlo! ¡Viva el cambio!

Poema de las cosas güenas:
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Y de tanta dicha que dejaste
en mi corazón que estaba hueco,
mirándome a los ojos me diste un meco.
¡Hala! ¡A tomar po’l saco un empaste!

Y de allí mi alma directa a la mar
donde desagua toda pena,
¡Josemari meció la melena!
Y mostrome su tableta. ¡Joer con el Aznar!

Y en no habiendo vil arma
que masivamente destruye
De mi pecho el cardio huye
y me se pone bien el karma.

Y de felicidad plena
llega la mujer amada
con la melena pintada
así como en berenjena.

¡Y de fortunas me dieron los hados
que cosa tal no se viera!
¡Bella esposa! ¡Aznar, fiera!
¡Llamaré a mis abogados!

Que no es pequeño detalle,
que por no tener defensa
se ponga la cosa tensa
Y duerma en la puta calle.

Muchas gracias. Pueden retirarse.