Amenazo con incluir en mis últimas voluntades que la funeraria que me lleve sea un Renault Twingo amarillo del 95. Más que nada por echar unas risas a ver cómo me meten ahí. A ver, antes certificad con alguien que sepa del asunto que realmente la he doblao. Cabrones.
Antes de que aparezcan los listillos: no me vale que le enganchen un remolque de transportar ganao, ni de cualquier otro tipo, ni ponerle ruedines a la caja, ni que me empaquete el que diseña los paquetes de Ikea. A joder chistes a otra parte. ¡Pesaos! Lo que sí acepto es transportar el féretro en la baca, que me parece una cosa vistosísima.
Nota: si para entonces no hay Twingos, quiero un Nissan Micra rotulado como «Exclusivas Viuda de Corrochano».