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(Léase con asento de película de Güaldisney de los años sincuenta)

(Se abre la puerta prinsipal de la casa)

-¡Fransine, querida, ya llegué a la casa!

-¡Oh, Alfred! ¡Qué bueno que llegaste antes del trabajo! Te extrañé mucho, mi amor! Pasa al living y te traeré un rico refigerio. (Baja apresuradamente las escaleras, le recoge la gabardina y el sombrero, mientras se atusa coquetamente las puntillas relindas del mandil)

-Grasias, querida. ¿Cómo pasaron el día los muchachos?

-¡Chicos! ¡Llegó el papá a la casa! ¡Bajen a saludarlo!

-¿Qué hasías arriba, querida? ¿Acaso estás indispuesta?

-Esteee… estaba nomás en el cuarto pues, así como, bueeeno… eeeeeh ¡Casí terminé de tejer tu nuevo pullover de renos!

(Winny Peg, Charlie y Mary Lou bajan las escaleras animosamente, que apetese darles unas cachetadas. Por lo repipis que son los cabronsones hijos de la chingadota)

-¡Hola hijitos! ¡Me da mucho gusto verlos! ¿Cómo les fue el día en la escuela? ¿Ya hisieron sus tareas?

-¡Papi, papi! ¡Santaclós estuvo acá en la casa!

-¡Ha, ha, ha, ha…! Caramba, eso sí que estuvo bueno. ¿Y cómo es eso, pequeña Winny Peg? ¿Acaso entró por la chimenea? ¡Ha, ha, ha!

-Nooo, papi. Entró por la puerta pues y agarró a la mamá y la subió a la recámara, nos dio sincuenta dólares para que nos fuéramos al sentro comersial a comprar cosas lindas, y luego serró la puerta…

-¡Sí papi! Y luego le dijo a la mamá a purititas voses que le iba a regar la panochota bien rico.

-Eeeeeh… ¡Charlie, hijo, esteee… ¡Dejen ya de molestar al papá! ¡Suban ya a su cuarto o los quiebro a cachetadas! ¡Hominicacos, huevones, engañapichangas!

-Pero mami…

-¡Déjese ya de chingaderas, marica! ¡Me vale verga que…

¡¡¡¡¡BLOM!!!!!

-¡Sielos mamá! ¡Santaclós se volvió a caer en calsones por la ventana del jardín! ¡Como el otro día, nomás!

-¡Ha, ha, ha, ha! ¡Eso sí que estuvo chistoso, chicos! ¡Háganle y suban a su cuarto, como les mandó su mamá! ¡Ha, ha, ha! ¿Y tú que dises, pequeña Mary Lou?

-¡Hou, Hou, houuuu!

-¡Ha, ha, ha! ¿No es encantadora? Fransine, querida. ¿No es sierto que la pequeña Mary Lou cada ves tiene más barba?

-¡Claro que no, querido! ¡Son figurasiones tuyas! -¡Mary Lou, querida, suba al cuarto con sus hermanitos! (susurrando con mucho enojo) ¡Pero antes váyase a la verga y rasúrese la carota con la rasuradora que le regaló el tito Santa o le chingo la madre a putasos nomás! ¡Guachipichanga! ¡Popocatépetl!

-¡Ha, ha, ha, ha! ¡Qué linda estampa! ¿No es sierto, querida?

(entre dientes)

-¡Ya cállese, pendejo! ¡No se le para el nopalito ni mandando a firmes, pues!

-¡Querida, hay un hombre pansón en la puerta que dise que se le quedaron los calsones!

(suspirando)

-Si son más mensos se les chinga el mole. ¡Mátame, carro!

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FIN