Es lunes. Ese día en el que lo mismo te da por crear un ejército de clones de estar güars, y te salen todos diferentes. Que eso parece un ejército de muñecas repollo, que cada una era de una madre, ahí sin unidad ninguna y con unos uniformes que reconoces al enemigo porque es el que va vestido normal. ¡Qué sindiós! Eso sí: es un ejército de mucho acojonar, porque son muñecas repollo armadas. Es una redundancia, porque no hacía falta fusil de rayos láser. Te atopas con un batallón de muñecas repollo en una callejuela oscura y no tienes cacas de perro bastantes pa pisar de la que sales en desbandada sin orden ni concierto alguno ¡Anarquista! Los lunes todo sale malamente, porque está en la naturaleza del lunes. Es como mingitar dentro del recipiente: no está en la naturaleza de mingitar acertar dentro.

Es lunes, sí. Hay que madrugar, sí. Se estaba mejor en la cama remoloneando, efectivamente. Fue un lunes, por ejemplo, cuando se inventó el revuelto de champiñones y gambas.

-¡Esa tortilla te ha salío como el orto! ¡Tira esa mierda ahora mismo!

-No es tortilla lo que ven tus ojos poco avezados a la creación y a observar la belleza que nace del caos. Es revuelto, que nacido del horror del desmembramiento y la destrucción, muestra sincero y sin trampas lo que antes ocultaba en su interior y guardaba para sí. Me pones en un platete una cucharada café por cabeza, Coges cualquier mierda o reducción de cosas que tengas por ahí, y le echas un chorrete por encima que quede cuqui. A 20 leuros, que ahora es cocina de autor. Y le pones un algo verde, que eso decora.

En lunes se inventó la bolsa kikos que tiras de ella, se abre de repente por donde no es, y a la mierda los kikos. Doce personas damnificadas en la sala por impacto de kiko.
En lunes se inventó la lata cerveza que tiras de la anilla y tienes una anilla en el deo, pero no tienes cerveza. Fue, efectivamente, en lunes cuando se inventaron las gorras de llevar p’atrás y los pantalones de llevar bajaos hasta los tobillos. En lunes fue, ¡Oh vida mísera!, cuando se inventó la lata sardinas de abrefácil por la parte del entrepato que tantas mutilaciones y alegrías han llevado a las urgencias de nuestros hospitales y ambulatorios.

En lunes se montan circos y los enanos te salen sindicalistas. Te sale un pleito y lo ganas. Te sale un grano, lo revientas y te queda un cráter. Te haces una tele y te sale el Sálvame. O políticos diciendo cosas.

Y por eso, hermanas, hermanos, celebremos que es un lunes de mierda, tal vez, pero que está aquí para recordar que a peor siempre se puede ir.

Porque como dijo el poeta:

«Lunes era, e hice revuelto
¡Oh, dorada maravilla!
Eres, lunes, verso suelto,
tus males todos desagüen
¡Coño! ¡Salió tortilla!
Mecagüen…»

Hala, me desalojen que tengo que de fregar, que está el lunes todo pisao hecho un nazareno. ¡Ay señor!

Soy unaaa tazaaaa ¡Una teteeera!
Un higo pasoooo ¡Un rodapié! 
¡Hala, alguien ha dejao un chicle pegao en el sintasol. ¡Coño, de sandía! Slurp, ñam, ñam.

¡Qué lunes más güeno!