Hoy es viernes. El viernes es un día muy bueno que hay. Sobre todo porque tienes planazo pa’l finde, y puedes pasar la aspiradora al sofá para inmediatamente encadenarte a él. En pijama. El sofá es un símbolo fálico de opresión muy tocho. Eso oprime más que unos leggins tres tallas pequeños. Que por cierto, ¿De que están hechos los leggins? Diría que están hechos de sueldo. Eso empiezas a estirarlo, que parece que no, y a la que te descuidas llegas a mediaos de mes a lo fato. Se conocen casos. También se conoce que los sueldos tienden a ser regulares ná más, y te marcan las vergüenzas sin pudor ninguno. Como los leggins.

Que vas a hacerte un escáner, y te ponen unos leggins. El especialista te hace una foto con el esmarfón, y se te ve todo el cacao en HD con todo lujo de detalles.

Pero otro tema es tener la ITV en viernes. Que vas ahí acojonao a que te juzguen el vehículo sin pudor. ¡Ay, pobre! Curiosamente ahí te lo ven todo. Es como ir a una reunión de antiguas alumnas, que ahí sí que te lo ven todo, y luego además lo comentan en el debate que hay después en WhatsApp. Igualito. Vas ahí como un cretino montao en el coche con la ventanilla bajada recibiendo órdenes en plan déspota:

-¡TOQUE EL CLAXON!

-¡MEEEEEEC!

Claro, qué vas a decir. La última vez pasé mucha vergüenza porque desafiné delante de todos aquellos desconocidos. ¡Llevaba una semana ensayando con el claxon, y voy y la cago!

Me visualizo a mí mismo visto de lao, asomando el melón por la ventanilla en la máquina esa que te agita hasta recombinarte el ADN. ¡QUÉ TRAZAS! Una vez al terminar me había convertido en señor mayor de Egea de los Caballeros ¡Oye, unas ganas de jugar al dominó!

Pero hay dos fases que me ponen el páncreas de punta:

Cuando bajan a las catacumbas a hurgar en los bajos del coche. Ahí sí que pareces imbécil asomando el hocico intentando oír una mierda de lo que te dicen. Yo muevo el volante pa los laos to’l rato y de vez en cuando piso el freno y pongo Radio Nacional.

Pero lo peor es al final. Cuando le hacen la colonoscopia a tu amado utilitario, te echan a la puta calle, y el tío de la KGB hunde la bota en el acelerador hasta que pega en suelo. Que está tu coche ahí pidiendo auxilio, y tú sin poder hacer nada legal o que conlleve pocos años de cárcel.

Hoy es viernes, y sé que la KGB no podrá conmigo. Creo. No sé…

Vaya mierda de día…

Por eso no le pongo leggins al coche. Por no facilitar las cosas a la CIA de la ITV.

 

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