9 A.M. Hora zulú. Y además muy temprano, que era domingo. Un domingo de Mordor de los de aquí. Cienes y cienes de subpajarianos descienden Pajares ávidos de playa y de Mordor en general. Unos cuantos de aquí subíamos Pajares en busca de la autocombustión espontánea, que los hay que tener cuadraos. Como Bob Esponja. Carretera nasioná de lo güeno. Mu bien. Se sircula sin mayó dificustá porque la calsada está desente y el tráfico es fluido. Como el Míster Proper, que también es fluido. Si no lo fuera sería jabón del Chimbo. Es un detalle fetén.
Desviación a carretera secundaria de carácter comarcal tirando a regular. Se sircula bien también. Hay algún cráter, pero bueno… El GPS dice que tires por ahí 30 Km. El muy cabrón.
Hay un tractor gordo cada 200 metros. Todos llevan empacadora. No puedes adelantar porque te puedes empacar con coche y todo y eso es desagradable. A los fabricantes de empacadoras se la pela que las empacadoras ocupen los dos carriles. Hijueputas.
El GPS dice descojonándose que a 200 metros gires a la izquierda. Giras a la izquierda. Carretera subcomarcal categoría virgen Santísima extra. Hay algunos fragmentos de calzada entre sima y sima. Nos saluda Jesús Calleja, que asoma la cabeza de una de las simas. Se ha caído con el Land Rover y todo y de la que tal está explorando y eso. Dice que no podemos cometer ni un error o no sé qué.
Cien metros más adelante me se cae una cosa del bajo del coche. Me bajo y la recojo. Es un tubo y una cosa de hierro. Y varios tornillos. No los recojo todos porque los fabricantes ponen de más siempre. Pa que sobre. Lo tiro al maletero por si es importante. Sigo la marcha. Sima. Salta un airbag. Sima. ¡Coño, tengo airbags laterales! Tenía. A la mierda la antena. Y un retrovisor. Me quedan dos. Antenas ya no me quedan. 18 Km así. Ya no tengo un Mondeo. Tengo un Mon. El deo se va quedando por la carretera. A la vuelta si eso ya voy recogiendo cosas.
Llegamos a un bonito pueblo, con ese aire castellano sobrio pero acogedor. Hay una posada de esas con nombre austero rollo «La posada de la ciega» o «La Posada del Tuerto». Esta se llamaba «La Posada de la Retinosis Pigmentaria». Se conoce que la cosa va de oftalmología y eso. El cartel de «Hay habitaciones con letrina» no nos dió pistas suficientes.
Está en la antigua Avenida del Generalísimo, actual Avenida del Intimissimi. Por lo de la memoria histórica. Intentaron llamarla Avenida del Comandantísimo pero los nostálgicos se negaron porque sonaba «como a rojerío».
Nos atiende una señora austera que nos muge austeramente:
-¿Ñsmrg?
-Nosdías. D…dos cafeses por favor
-¡Grrrrrrrrr!
Sólo hay café, vino, Mirinda y Gaseosa La Pitusa.
Voy al excusado por no verle el rictus facial a la señora. Eso acojona. ¡Joder, qué austera es! Creo que carece de músculos faciales. Como Aznar. Visto el excusado decido no pedir nada de comer y no hacer pis ni excusar en general. Ya si eso en otro momento…
El café sí que me lo tomo. Por educación. Y por si acaso. Yo creo que es café de estraperlo. En la tele ponen anuncios de Fundador, de Varón Dandy y de que si no le compras una lavadora Bru a tu esposa que lleva peinado redondo y mandil estampado, eres marica.
La señora austera inaugura un pantano y empieza a hablar de la pertinaz sequía. Estoy acojonao. Lo de posponer la visita al excusado empieza a no ser una opción. Salimos corriendo de allí cuando empieza a hablar de contubernios de no sé qué. Y el imbécil de José Coronado comiendo bífidus porque no caga, pudiendo venir a La Posada de la Retinosis Pigmentaria (Avda. del Intimissimi 18. Retruécanos del Caudillo. Ambiente vintage)
Salgo derrapando. Descubro que cincuenta metros más abajo había un bar. Uno constitucional. Con WIFI. ¡SU PUTA MADRE!
El GPS me dice que gire a la izquierda. Hay un cartel que dice: «Carretera satánica de mierda. No hay güevos a venir por aquí. Capullo.» ¿Que no hay güevooooooos?
Ha sido un día estupendo. El sitio muy bonito, en mitad de las montañas, con un río idílico a la sombra de los chopos. El coche ha entrado en combustión espontánea. A la mierda. Otro día vuelvo.