La música y su concomitancia con el devenir histórico: una breve aproximación pa no rozar con la columna del garaje, que por cierto no es columna. Es pilar casi siempre. Como mi vecina, que también se llama Josefa. Los pilares son cuadraos. Como los güevarios de un polítique.

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De casi todo el mundo es bien sabido, que si coges media docena de donuts y los rellenas de tocinorro con bien de lo blanco, les cascas un güevo encima, y le pones a aquello un poco de manteca -uno o dos ladrillos es suficiente- te sale una receta de Tasty. Espolvorear con azúcar y queso rallao al gusto -tantos sacos como veas tú que así está bien- y meter al horno 20 minutos a 1800 grados. Si se te pone la boca torcía, es embolia casi fijo. Llamar al SAMUR.o a un servicio de desatascos de arteria 24 horas. Que viene un señor como desganao, con mono y gorra y una manguera acojonantemente larga

(din doooon)
-Hola buenas. ¿Es aquí lo del atasco?

-¡Arrrrrrghhhhhh!

-¡Hala, otra receta del Tasty!

Habrá quien diga que esto no tiene nada que ver, y efectivamente así es. Porque si hay algo que mola de las opiniones del mundo moderno es que, normalmente, no tienen nada que ver con lo opinao. Esto es como una canción: que ser es la misma, pero depende de quién la perpetre.

Por ejemplo, en misa suele haber un coro de señoras que cantan la de:

«Seeeeeñooooooor me has miraaaadoa los ooooooojoooooos…»

Y la cantan así como arrastrando. Arrejuntando una nota con la siguiente como si las notas fueran de goma. Como los pantys, que quitaos parece que no, pero luego cabe dentro un trailer mediano con remolque y todo. Eso en música se llama «glissando». No es como Romay, que se llama Fernando. Ni como la merluza en salsa verde, que eso es guisando ¡Ay, que os centréis ya!

Como referencia, eso es como cuando en los dibujos animaos va Busbuni con un ramo flores a declararse a una coneja cuqui y va la desalmada y le hace la cobra. Que entonces a Busbuni se le marchitan las flores y las orejas de conejete súbitamente y suena «chiiiiiu». Y pierden el ramo y las orejas toda la erección a lo tonto. Eso es un glissando descendente, porque va p’abajo. Si es en una peli de Nacho Vidal, la cosa va a al revés al principio -«chuuuuui»- y al final, igualito que el ramo. Todo lo que sube, ya se sabe que al final baja a tercera regional ¡Ay, que me dejéis exponer mi exposición ya!

Bueno, pues las señoras de la iglesia cantan la canción suprascripta más arriba a capella. Claro, si fuera abajo estaría infrascripta o algo así. Bueno, pues «a capella» quié icir que la cantan a pelo sin zambomba ni pandereta, ni pianola ni nada. Ahí, con tó lo gordo p’alante ¡Halaaaa! Ahora bien: tú les pones un gorro mejicano de esos con piscina en el ático, unos bigotazos, les das un guitarrón y unas trompeticas, y ya la intención de la canción, en siendo exactamente la misma, cambia del todo:

Seeeeee(chuuuui)ñooooooor (tirurí-rurí-ruráaaa)
Mehas mi(chuuuui)raaaaaado alos ooooo-joooooooos (yia ja jaiiiiiiiii)
Sonriendoooooooooo ¡Has diiii(chuuuuui)iicho mi nooooooombreeeeee (ándale, Panchooooooo)

TIRU RIRU RIRU TIRURIRURÍ ¡CHIMPÓN!

Claro, en principio la canción tenía intención piadosa. Pero luego ya con cuatro cosas que le pongas pasa a tener intención rechingona, güey. Claro, porque pasan de ser Maruchis a ser mariachis. Y la canción era la misma. Como las canciones de Pimpinela, que básicamente venían siendo la misma siempre. Con algún «Vete», «Lárgate», «Esfúmate», o «¡Ay, que te pires ya, joder» arriba o abajo. Pero vaya, que es lo mismo.

Y con la historia y las opiniones, pasa como con las canciones. Porque como dijo Paulo Coelho un día que estaba haciendo de vientre en un WC público sin pestillo:

«Me viste defecando, sí. Y contaste que me viste cagando y luego tiré de la cadena. Pero era un WC de los de botón ¡So antiguo! ¡Mentiroso! ¡Manipulador! Pero paz y amor»

Y por eso es importante, en toda circunstancia, opinar y luego pensar si es preciso tirar de la cadena. O apretar el botón

No vaya a ser. ¡Uhalaaaaa! ¡Una receta del Tasty! ¡Me piro!