Seguramente será por mi condición de señoro cincuenter con mata capilar asintomática, pero hay una cosa que me inquieta, me atormenta y me perturba desde los tiempos en que Kiko Ledgard compró en Canarias su primer reloj a pilas. Porque uno puede comprender que Monsieur Gustave Eiffel no quisiera salir a dar una vuelta cuando andaba to liao armando el mecano en Parílafrans:
-Gus tío, vente a tomar un caféolé avec cruasán con nosotros, que nos lo vamos a pasar tête y Chachipirulèe. ¡Verás qué trevián!
-No puedo, tío, que tengo empantanée le tur Eiffel y ando más liao que Yisus repartiendo latigazos a los manteros del templo.
Yo eso lo entiendo perfectamente. O que Marie Curie anduviera o anduviese ocupadísima con la movida del radio y los protones, neutrinos y demás zorondollos radiactivos. Nadie en su sano juicio iría a tocarle los perendengues a Noé cuando andaba el hombre con la picha hecha un lío montando un arca pa llevar una pareja de cada especie. De hecho solo lo hacían sus colegas, que además de impíos eran bastante cabrones:
-Noé, ¡deja ya el tornillo Srömptgen y vente a Galilea a tomar unos potes con nosotros!
-¡Noé, faltosu! ¿Qué fais armando esi chalanu en mitá’l monte? ¿Qué yes, Chanquete, ho?
-¡Andar tocándome los noelios, que como me apee del andamio empiezo a repartir tollinas que no os conoce ni Cleofás! ¡Ateos de mierda! ¡Ojalá perezcáis todos por antidemócratas! ¡Impíos! ¡Asquerosos! ¡Rojofaches!
No sé si vais viendo cómo es la cosa. Es comprensible que si estás armando, qué te voy a decir, una pirámide en la que cabrían cincuenta Mercadonas en la planta baja, y en el resto hasta el pico te entrarían cabalmente ocho Primarks como el de Gran Vía, no puedas andar perdiendo el tiempo tomando cañas por los chigres de Gizah ni en menudencias así, porque eso es una obra tochísima. Es normal que si estás alicatando el TajMajal no puedas marchar alegremente al Xiringüelu porque si no, a ver quién saca la faena adelante. Ye mucho alicatáu pa andar folgando a lo pijo.
Pero lo que no voy a entender en doscientas vidas que viviera o viviese, es lo de «hoy cancelo todos mis planes porque me tengo que lavar el pelo». ¿Por qué? ¿A qué se debe? ¿Hay que sacar licencia de obras? ¿Pedir permiso a la comunidad de propietarios? ¿tienes más mierda en el pelo que la bodega un petrolero, o cómo coño va eso? Habiendo autolavados en cualquier gasolinera, esto último ya no es excusa. Te lava, te desempuerca los tapacubos, te aclara con agua osmotizada o no sé qué, te abrillanta, y te seca. En serio: ¿POR QUÉ? ¿QUÉ EXPLICACIÓN CIENTÍFICA TIENE? ¡ANTES SE HACÍAN PIRÁMIDES GRANDES COMO MAYO Y NO PARABA NI NEFERTITI PA LAVAR EL PELO!
Esto es un sinvivir. Marcho, que voy a ver si en Ikea tienen un arca pa cuando venga el diluvio universal. Con la suerte que tengo, ya verás como al final el diluvio no es universal y me tengo que comprar un adaptador pal arca.
Como si lo viera…