A ver si lo entendí bien: le damos «me gusta» a páginas que tienen una sola publicación llena de faltas de ortografía, parece redactada por un bacilo de Koch, y afirma que todo aquel que comente, comparta con tres amigos, y presente antes del día 19 un ticket de compra de medio kilo de gluten del Mercadona, y 25 mililitros de sangre de unicornio de comercio justo, participará en el sorteo de un palé de móviles de mil pavos que no se pueden vender «porque está la caja abierta», o que sortean autocaravanas de 60.000 lereles «para celebrar el usuario número mil», o que regalan 567 patinetes eléctricos porque tienen rayicas en la carrocería y, claro, si no los habría que tirar y es una lastimica. ¿Es esto, no? A ver si va a resultar que sentido común hay más bien poquito.

Luego que si me jaquearon el Facebook, que si me llegan cosas raras, la culpa es de los políticos que nos engañan (POCO NOS ENGAÑAN VISTO LO VISTO), y la abuela fuma achicoria.

Pues entonces está explicadito casi todo lo demás. Bueno, lo de Leticia sabater y la pizza con piña, no. Pero casi.

Poco nos pasa. Si el hecho de que a estas alturas sigamos aquí más o menos vivos no demuestra que los ángeles de la guarda existen y echan más horas extras que Colombo, yo ya no sé.

Qué desolador todo.