Día trec… doce… cator… Ya me s’ha olvidao.
¡Oioioioioi! ¡Hay que de vé! Como ya me se estaba quedando pegá la bata guatiné al sofá, hoy me he venío arriba y me he puet-to en el yutú una cosa de girnasia que es como de bailá. Eso é que tú te pone a hasé girnasia, pero de bailando según te vaya dando lah órdene una mushasha en pantalón de chándar apretao y sujetadó mú mono y mú ponible..
Entonse va bailando, que eso é imposible de seguil-lo, Y dise la mushasha:
-¡Vamos! ¡Adelante! ¡Venga! ¡Atrás! ¡Izquierda! ¡Derecha! ¡Un poquito más!
¡La hialagranputa!. Que parese que te está dando indicasione pa aparcá. Yo al tersé «¡Venga!» ya le ehtaba deseando que la furminara un rayo a ella y a tó su puta rasa.
A lo vintidó segundo ya me ha dao un flato mú grande que he tenío que pará. Eto é durísimo. Me he comío un Foskito pa cogé fuersa.
Como me se había olvidao de darle al pause, la muchasha ahí seguía dando órdene. He tenío que rebobiná p’atrá er video pa no perderme ná.
Y ahí seguía la hiaputa, con er chunda chunda
-¡Animo! ¡Otra vez! ¡Arriba esos brazos! ¡Tú puedes!
¿Tú puedeh? ¡Podráh tú, peaso guarra! Ahí m’ha dao un tabardillo asín por la lomera pa’bajo que pensé que tenía que de llamá a urgensia. Telohuro, prima.
Pero me he repuesto comiéndome otro Foskito. Y media borsa Chaskys. Eso ya era otra cosa. Llegá a este punto, al fin he conseguío terminá de atarme loh cordoneh de lah sapatilla de deporte. Me he sentío mú orgullosa. Ahí he vihto que ehtoy en forma. En forma de botijo pa sé má presisa.
Claro, de ahí pa’lante, que ya me he puehto a hasé la girnasia en serio, eso ha sío un sufrí pa ná to’l rato. Pero ¡PA QUÉ COJONEH HABRÁ NESESIDÁ DE LEVANTÁ LOH BRASOH TÓH DESPENDOLAO A LO HILIPOLLAH! De verdá te lo digo. Que pensé que me se iban a salí loh puñoh dihparao. Como ar puto Masingue Seta.
Ar tersé giro de torso con loh brasoh estendío, le he dao sin queré una hotia en to’l hosico a mi Paco, que iba a la cosina a por una servesa. Pobre. Le he sartao doh empaste y er diente d’oro. Verá que clavá er dentihta cuando s’acabe la mierda el confinamiento. Eso sí: ¡Nos hemo echao unah risah del cagarse! Ahora parese er cuñao aqué que salía por la tele en lo der loco la colina disiendo pollás y partiéndose er culo to’l rato. Yo creo que aqué hombre se endrogaba…
Y la mushasha del yutú ahí que seguía con la clase como si no pasara ná. Que ni sudaba la hijalagranputa. Y a mí me caían unoh goterone de sudó asín por la bigotera, que ni er sobaco de Camasho en er mundiá. Eso eh imposible que lo aguante un ser humano normá. Pa mí que tiene que tomá drogah o escupepacienteh o argo, como er cuñao de la tele. Ahí me he tenío que comé una napolitana rellena de cosío madrileño pa que me se quitara un poco la ansiedá. Ehto é un ensinviví. Y una puta mierda también.
Pero no te lo pierdah, prima. Que aluego eso ha sío ya una masacre ¿Po no se ha puesto a saltá la mushasha como si le hubiera entrao un ataque piléstico? ¡Eso no é normá! Bueno, qué cohone ¡Eso no é compatible con la vida!
Ya he tenío que pará de hasé la girnasia lo cohone cuando m’he caío pa’trá. Que pensé que m’había esho una fratura abierta de culo. Mi Paco descojonao, que se le ha salío la servesa pol-la narí y tó de la risa que le ha entrao. Mi Paco ‘e buena hente, pero un poquíto hioputa.
Totás, que por eso debe de sé que a la girnasia esa de bailá la llaman «Pumba». Claro, porque é la abreviatura de «Catapumba», como queriendo advertí que si ereh una persona humana normás, sin equilibrio ni ná, po lo normá é que te enfosties ensima er parqué.
Pa haberse matao, prima. No hago máh pumba ni aunque me paguen el resibo la lú.
¡A la mierda!