Hoy, si nada lo remedia, hablaremos de otro universo aún más peculiar si cabe que el de las sagas épicas: efectivamente, amiguitos de la fauna ibérica, hoy toca desvariar acerca del apasionante mundo de los superhéroes, las superheroínas y la madre que los trujo a todos ellos. Empecemos:

Un superhéroe (o superheroína) es un ente masculino, femenino o indeterminado, que se caracteriza por los siguientes atributos:

  • Casi todos tienen algún poder sobrehumano que roza o supera los niveles de  la acojonancia total. Sin embargo, también los hay que carecen por completo de cualquier superpoder pero igualmente son superhéroes. Yo tampoco lo entiendo pero es así y punto.
  • Suelen ir vestidos con leggins, cinturonaco ancho, camisetilla de cuello redondo cuatro tallas pequeña con un dibujete en la pechera,  y botas de caña.  En cualquier caso casi siempre  van vestidos «apretaos«,  marcando músculos, muslamen, venas tendones, colesterol y demás temáticas de la anatomía.
    Es verdad que todo esto se ve en cualquier fiesta de ambiente poligonero que se precie, pero no se alarmen:  es fácil distinguir un grupo de canis y chonis de otro de superhéroes porque estos últimos no llevan un subwoofer de 80000 watios en el maletero del coche ni se llaman «primo» o «shurmano» entre ellos. En caso de ausencia de vehículo, también se distinguen porque si vas al perfil de Facebook de un superhéroe verás que se llama «Wonder Woman» «Spiderman» o «Linterna Verde«. Sin embargo en el tuenti de cualquier choni o cani medio leerás «sHa moReNikaAH reSHuloNa» «sHa Vaneeh tOah loKaAH» o «tU emBidiAh aLimeNtaH mI eGoh» .

    En caso de duda extrema, obsérvese que las superheroínas no se pintan la raya del ojo hasta la oreja ni llevan pendientes de aro tamaño hula hop, ni apelan a que les comas ninguna parte de su anatomía si se mosquean contigo.

  • Si el superhéroe en cuestión es «mú chungo» o está «mú loco», automáticamente pasa a ser un supervillano cuya única misión y objetivo en la vida es dar por saco a la humanidad. Un supervillano se distingue de un político en que no lleva corbata y porque no disimula en absoluto su condición como queriendo decir: «Sí. ¡Soy un cabrón con pintas! ¿Y qué?»

Aunque hay más superhéroes que longanizas, vamos a tratar de hacer un breve resumen con una pequeña selección de los más aberrantes:



  1. Superman.
    Resumiéndolo mucho, se trata de un tipo del planeta Krypton al que sus padres enviaron a la tierra con la peregrina excusa de que su planeta iba a estallar y tal, que si mejor se piraba a la tierra porque fijo que lo iban a cuidar muy bien, que iba pillar trabajo… Claro, claro. En definitiva el viejo truco para echarte de casa para que no te apalanques. Superman se caracteriza porque se mete en una cabina de teléfono, se quita el traje de Emidio Tucci y, directamente, ya lleva el skijama puesto. Es de suponer que con la aparición de la telefonía móvil se vea obligado a meterse en lo que tenga más a mano, que probablemente será un bazar chino o un locutorio. Es lo que conlleva la escasez de cabinas. Además, le sale un rizo sobre la frente igualito que el de Estrellita Castro  pero en vez de cantar copla reparte mamporros entre los malos. Para más INRI, si le arrimas un cacho de Kryptonita, que es un pedrusco que sólo hay en su planeta – sí, el que había estallado- pierde la fuerza y se vuelve un tirillas y un mandilín de nivel alfa. Que digo yo que si los kryptonianos vivían en un planeta petadísimo de Kryptonita por doquier, no tendrían fuerzas ni para enchufar la Thermomix, pero imagino que buscarle la lógica es tontería.

  2. Spiderman

    Es un señor que se llama Peter Parker (Pedro Aparcador), al que en el colegio le daban de tochas

    por listillo y probablemente llevaba gafas de culo de vaso. Un buen día le muerde una araña radioactiva chunguísima y desde entonces se sube por las paredes, cosa que por otra parte puede hacer cualquiera abriendo la factura de la luz sin necesidad de tanto cuento.  Su principal handicap es que es un cachondo y cuando en una foto con los amigotes le pone cuernos al que tiene al lado se le dispara la telaraña poniendo en riesgo su identidad secreta.  El muy cretino.

     

  3.  Wonder Woman

    Es una moza cuya principal característica es estar mayormente jamona y abundante. Tiene superfuerza

    tremebunda que le permite levantar lo que ella quiera, es dominante que te pasas y tiene la capacidad de hacerte decir la verdad utilizando la persuasión.

    Por si fuera o fuese poco, tiene la habilidad de cambiar de vestuario según lo requiera la situación.  En definitiva viene siendo más o menos como cualquiera de nuestras respectivas, pero como si la vistiera Paco Clavel

  4. El Increíble Hulk

    Si está tranquilo,  Hulk es un tipo más o menos normal, pero si algo incomoda lo más mínimo al

    señorito, se convierte en un energúmeno medio retrasadete, analfabeto e infantiloide que se dedica a romper cosas como si no las tuviera que pagar él. Al principio lo enviaron a Hermano Mayor pero ante la imposibilidad de enderezarlo lo ficharon en Callejeros para las escenas más chungas. Anteriormente se hacía llamar La Masa, pero desde la aparición de Telepizza se hartó de que todo el mundo le preguntase que dónde llevaba guardado el secreto y se cambió el nombre por el de Hulk, aunque su inveterada afición por deambular con el torso desnudo, marcando tableta, y con pantalones piratas le supuso tener que aguantar que le llamasen  jocosamente Hulk-landrón.  Mientras los demás superhéroes se dedican a combatir el mal, su escasa capacidad no le permite ir más allá de combatir el mal aliento con escaso éxito. Es  un claro ejemplo de superhéroe de chichinabo.

  5. Batman

    Lo de este es el colmo de los colmos. Tener, lo que se dice tener, no tiene superpoderes de ningún

    tipo pero está cachas, tiene un montón de pasta, casoplón,  supercochazo, personal a su servicio, le va el rollo antifaz,  y dispone de  todo tipo de aparatos y artilugios en su batcueva. Resumiendo, es igualito que el maromo de las cincuenta sombras de Grey, pero con gorro de piscina con orejas.
    Su enemigo mortal es el Joker, que es un señor que padece una grave enfermedad mental y a pesar de ello no se toma los psicofármacos porque no le sale de sus huevos toreros. Personalmente no me importaría lo más mínimo ser Batman, que es un crack el tío.

Es curioso que los superhéroes españoles apenas tengan relevancia en este mundillo a pesar de que contamos en la  nómina patria con un amplio surtido de ellos (Sobreman, Yernoman y su esposa Imputadawoman que tiene el curioso superpoder de no recordar lo que firma– el Capitán Recorte, el Comando ERE,  y tantos otros).

No están todos los que son ni tengo muy claro que sean todos los que están, pero  de momento les dejo hasta la semana que viene o así,  porque tengo al Doctor Octopus  y a Lex Luthor llamando al timbre para ver si bajamos a jugar un rato a la calle a hostiar gratuitamente entre todos a Spiderman y a La Masa.

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