-El batido de panceta, aceite usao, gasoil y Donuts. Con un cupcake de chapapote en to lo alto.
-El bocata de uranio y arsénico caducao con tomate Solís.
-La crema de coles de Bruselas y propano untada en tostas de uralita.
-Las personas humanas profesionales de dar la moralina y la chapa en redes sociales a todas las putas horas del día, gritando que todo lo que no sea lo suyo, muy mal y hay que prohibirlo. Aunque la semana pasada «lo suyo» fuera exactamente lo contrario de lo de hoy.
Que está muy bien, pero igual conviene recordar que, junto con la libertad de expresión propia, viene también la libertad de los demás de no haceros ni pizca de casito. Y no pasa nada, oigan. Se puede superar sin necesidad de llorar. Lo de pretender que se prohíba tajantemente todo lo que no case con lo que a ti te salga del entrepáter, es como para darle una vuelta.
Se han visto cubatas de aceite de freír churros con Redbull y margarina menos jartibles.
Y por lo demás, se ha quedao buena mañana.