-¡Oiga! Le había pedido un café corto.
-¡Aquí el camarero! Repito: ¡aquí el camarero! Un café es exactamente lo que le he puesto. ¡Cambio!
-Pero yo se lo había pedido corto…
-¡Camarero a cliente! Afirmativo. Confirmo que usted me lo había pedido. A ver si es verdad que corta usted. Cambio y corto
-¡Oiga, creo que debemos hacer un esfuerzo en pos del entendimiento y la comunicación. ¡Exijo un cambio!
-¡Ah, es que como había cortao usted antes, pos me había liao. ¿Pa qué corta si lo que quería era cambiar? Pa ser parlamentario es usté espesito, ¿eh? ¿Pero no ha visto cómo hablan en las pinículas de Sheriffes? Que cuando van persiguiendo a los malandros dicen pol güalquitalki del cochepatrulla: «el hijueputa del sospechoso circula a gran velocidad por la quinta en dirección oeste ¡Cambio!» y contesta otro: «¡Ah, vale!» Que ya se nota que no tiene ni p*ta idea de pa dónde queda el oeste, ni qué es «la quinta» -¿La quinta de Beethoven? ¿La quinta’l Buitre? ¿La quinta vagina, como queriendo decir «el quinto conio» para denotar lejanía?- pero calcula más o menos lo que le va a llevar al malo llegar considerando que circula a gran velocidad y dice al final: «¡Cambio!» ¡TIENEN QUE VER MÁS PINÍCULAS DE SHERIFFES! ¡A VER SI APRENDEN USTEDES A DIRIGIR UN PAÍS COMO ES DEBIDO! ¡CAMBIO!
-Pues a ver si es verdá que me lo cambia por un corto.
-¡Oiga, no tengo yo tiempo pa estas zapalastranadas! Cambio y corto.
-¡Pero no corte usted, ahí dejándome a medias con el cambio!
-¿En qué quedamos? ¿Corto o cambio? ¡Cambio!
-Pero entonces ¿al final me lo cambia por un corto? ¡cambio!
-¿Cómo quiere le cambie el corto si lleva usted cortando tol rato?¡Oiga, que soy un mandao que ni pincho ni corto! ¡Cambio!
-¡Pero yo no le había pedido pincho ni na! Pero ya que lo menta, póngame uno de tortilla de comercio justo y huevos veganos de garza de Madagascar. ¡Y cámbieme de una vez este por un corto!
-¿Cómo le voy a cambiar el pincho por un corto, si yo no le había puesto antes un pincho? ¿No ve que eso es de ser muy corto? ¡Pancho! Digo ¡Cambio!
-¡Ajá! O sea, que usted tan pancho y no me cambia el pincho ni me poncha el café, que yo lo quería corto y usted no me lo cambia?
-Buenos días. Soy el pinche manager rechulón encargado de toda esta chingadera ¿Qué chingados está ocurriendo acá, wey?
-Que su empleado Pancho no me poncha el corto, que ya le venía yo diciendo que me lo cambie, pero al final dice que ni pincha ni cambia el pinche corto. ¡Cambio!
-¡Ah, pos fíjese que así como quien dijo, el pinche Pancho no está acá pa andar con pinchos ni cambiando cortos, mijito. ¿Le pongo unos chanchulines bien picosos que nomás le chingan la madre al más rechingón?
-¡Oiga! ¡Tráigame la hoja de reclamasiones chingosas, que nomás les voy a reclamasionar que no me rechinchularon el pinche pincho ni me cambiaron el corto!
-¡FUERA DE LA CAFETERÍA DEL CONGRESO AHORITA MISMO!
-¡POS CLARO QUE ME FUERARÉ YA MISMITO, WEY!
-¡POS FUÉRESE YA DE ACÁ A CHINGARLE LA MADRE A OTRO MAN, PENDEJO WEÓN!
-¡POS YA NOMÁS COMO QUIEN DISE ME FUERÍ DE ACÁ!
-¡POS FÚERESE A LA VERGA YA CON SUS REMAMAGÜEVADERAS!
-Jefe, tengo que decirle una cosa muy importante
-¿Quiúbole wey? ¿Ahorita qué pasó?
-Que al final este no ha pagao la cuenta ni na…
-¡No mames! ¡Esos pinches diputados ya me volvieron a chingar el cacahuate nomás! ¡Tanto pedo pa cagar aguadooo!
—–
FIN