Hoy vamos a intentar desvelar, sin éxito alguno, uno de los grandes enigmas de la historia. 
Y vamos a empezar por el Génesis,  que es un libro que cuenta más o menos cómo fue la cosa de la creación del mundo en cuestión de seis días. Que igual no es una cosa muy científica, pero al menos ayuda a entender gráficamente las múltiples chapuzas que pueblan el planeta, con sus volcanes, terremotos, maremotos, sus lluvias de meteoritos y sus inundaciones de proporciones bíblicas. Vamos, que si partimos de la base de que el mundo anda de cimientos y fontanería como la Esteban de estudios, no tiene sentido ir por la vida extrañándose  del paisaje, ni muchísimo menos del paisanaje. Es lo que tiene hacer las cosas precipitadamente.
Sí, amiguitos de la fauna ibérica: se tarda más en hacer un piso de protección oficial, que eso tirando por lo bajo lleva por lo menos un año, que un mundo con sus montañas, su mar, su cielo, sus días y sus noches,  sus animalicos y su canesú (seis días, y eso parando para el bocata y descansando el séptimo día). Esto explica ampliamente las calidades de los pisos de protección oficial. Y también  las del mundo.
La cosa es que Dios, después de cinco días de curro, decidió que la maqueta que le había salido era bastante molona, pero aquello era muy soso, porque la cosa de la orogénesis, la evolución, el ciclo del agua, la erosión y todo eso era lenta que te cagas. Vamos, que al mundo le faltaba ritmo, animación, conflictos, mierdeos y despellejes varios. Y como aún no se había inventado Telecinco ni Jorge Javier Vázquez, ni los tertulianos, ni nada de nada, decidió coger la primera mierda que encontró a mano, que resultó ser barro, y modeló al primer hombre inventando en ese mismo momento la alfarería. Para mayor escarnio, pudiendo llamarlo José Alberto o Prudencio,  lo llamó «Adán«. Que menos mal que nació ya adulto y no tuvo que ir al cole porque habría sido la primera víctima de acoso escolar de la historia:
¡Eh! ¡Niños, no le peguéis al nuevo!
-¡Jo, profe!, ¡Es que se llama Adán…!
-Vale, ¡Pero que parezca un accidente…!
 A continuación como le sobraba barro, e inspirándose en Adán, modeló un botijo con su pitorro y todo. Y así fue como apareció sobre la faz de la tierra el primer tonto’l botijo, que la verdad es que  no era una cosa que diese mucho juego. Y entonces creó a la mujer, la llamó «Eva» y por echar unas risas le instaló un software complicadísimo al que llamó «Lógica femenina 1.0».
La cosa es que  Adán y Eva vivían felizmente con su botijo en el Jardín del Edén con todo resuelto, comiendo, fornicando y sin dar un palo al agua, entrañable costumbre aún ampliamente extendida en nuestros días. 

Pero, eso sí, Dios decidió que no todo en la vida tenía que ser un perpetuo orgasmo y les hizo cumplir UNA sola regla: podían hacer lo que les saliera de la pandereta y comer todo lo que les diera la gana,  EXCEPTO  los frutos del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

A Adán, que pasaba de todo, la cosa le pareció bien mayormente porque su principal inquietud era tocarse las gónadas y el mayor esfuerzo que hacía era cambiarse la hoja de parra cada dos meses -entrañable costumbre también muy extendida en nuestros días-.  Y además el «árbol ese de los huevos», como él lo llamaba,  quedaba a tomar por saco y aquello ya era mucha molestia para pecar. Porque Adán era un indolente de nivel pro.
Eva, sin embargo,  llevada por su complejo sistema operativo «Lógica Femenina 1.0»  decidió que a pesar de que tenía a su disposición todas las frutas del Jardín del Edén habidas y por haber, un clima perfecto, y una nada desdeñable colección de hojas de parra monísimas que combinaba con prodigioso gusto, cosa de la que el cenutrio de Adán, que era un insensible falocéntrico de mierda,  no se percataba en absoluto,   las manzanas que daba el dichoso árbol prohibido que quedaba a tomar por saco -prácticamente en las afueras del Edén-  eran ideales de la muerte y por alguna extraña razón no podía vivir sin ellas. 
Una noche, mientras Eva pensaba que su vida no tenía sentido, decidió inventar la primera maldición bíblica y le dijo a Adán, así sin preliminares ni nada:
-Cari, ¿Me quieres?
Y Adán, que el pobre tenía instalado Windows 95 de serie en disquetes y no daba para más, y además llevaba media hora roncando y haciendo la digestión de los catorce kilos de melón que había cenado, sólo acertó a farfullar -el muy insensible de mierda-:
-¿Ein? sssé…! Gñgñgñgñg…. [Error de sistema: comando no encontrado. Pulse Enter para continuar]
Aquella imperdonable infamia acabó con la paciencia de Eva, que decidió irse inmediatamente a tomar por saco, que como queda dicho  era justamente donde quedaba el árbol de los frutos molones, que eran exactamente iguales que todos los demás, pero estaban prohibidos y por eso eran molones.
Y nada más llegar se le apareció Satanás, que era dependiente de El Corte del Edén a comisión, en forma de serpiente. Y en cuestión de seis o siete horas le había hecho a Eva la tarjeta de El Corte del Edén y le había vendido cuarto y mitad de frutos del árbol prohibido.
El resto ya se sabe más o menos como fue:
-¡Mira qué cucadas traigo cari!
-Gñgñgñgñgñg…
-Anda, vamos a darle un mordisquito nada más…
-Joer, que no, que nos la vamos liar con el jefe y…
-Lo que pasa es que ya no me quieres…
Y Adán, considerando que no se había inventado todavía el sofá,  tuvo claro que o pasaba por el aro o las cuarenta noches siguientes iba a padecer una sobredosis de [Error: acceso denegado. Reinicie el sistema manualmente]. El resto de la historia ya sabéis más o menos como va: se produce el primer desahucio de la historia, y que si ganarás el pan con el sudor de tu frente, que si parirás tus hijos con dolor… Se han llegado a dar casos de panes paridos con dolor e hijos ganados con el sudor de la frente. 
Pero afortunadamente, milenios de evolución han hecho que avancemos firmes hasta la actual situación de «Lógica Femenina 2786.2» para ellas y «Windows 98 segunda edición» para nosotros -algo es algo, mire usted-. Y el mundo-para continuar con la entrañable tradición- sigue siendo una imperturbable mierda.
Con estos mimbres, amiguitos, vamos a dar unas pautas muy sencillas para que hagáis como que entendéis algo de la cosa de la lógica femenina. Muchos os diréis a vosotros mismos que en realidad no entendéis ni papa y efectivamente así es, pero creo haber dejado claro que esto sólo sirve para que «hagáis como que entendéis»:
Pauta nº1.- 
A la pregunta «Cari, ¿Me quieres?» no se puede contestar ni de coña con un «sí» ni mucho menos con un «ya sabes que sí». La primera porque denota falta de entusiasmo y la segunda porque denota rutina y/o monotonía. Así no vas a ninguna parte ¡Zoquete!
Respuesta aceptable: «Te quiero hasta más allá de lo aprehensible por la mera razón. Hasta más allá de lo que mi  alma es capaz de abarcar,  porque mi corazón es incapaz de atender a meras cuantificaciones que jamás podrían hacer justicia a lo que despiertas en mí».
Salvo que tu mujer sea Belén Esteban, en cuyo caso no entenderá una mierda, y lo mismo te calza dos yoyas a mano abierta,  esa noche pinchas casi fijo. Obsérvese que esto sirve también como respuesta a la temible pregunta: «¿Cuánto me quieres?»
Pauta nº2.- 
Jamás, pero ¡JAMÁS! olvides una fecha relevante (el día en que la conociste, el día en que la invitaste a cenar por primera vez, su cumpleaños, su santo, el aniversario de boda…)  Desde la invención del Smartphone con su calendario y sus alarmas, esta es una cuestión que tiene muy fácil solución. En caso de que se te olvide alguna de estas fechas la única salida que te queda es encargarle unas flores por Internet con entrega en menos de cuatro horas y pedirle a tu mejor amigo que te atropelle tres o cuatro veces con el coche. El parte de urgencias  te servirá como atenuante.
Pauta nº3– 
a) A tu chica TODO le queda bien
b) NADA le hace gorda
c) NO tiene vello superfluo.  En ninguna parte.
d) Ella es una princesa Disney y por lo tanto la excreción, las ventosidades y las durezas de los pies no forman parte de su vida
e) Ella está contigo a pesar de que tú no cumples ninguno de los estándares de príncipe Disney y por tanto debes estar agradecido.   ¡Gañán!
En caso de que alguno de los cuatro primeros puntos no se ajusten a la realidad, haz que se ajusten de forma inmediata y sin el menor atisbo de duda. El punto e) es inamovible.
Pauta nº4.- 
NO eres ese Sr. Grey que le hace soñar. Porque por si no lo habías entendido a ella le encanta porque la transporta a otros mundos y le hace volar -nos ha jodido mayo: tiene helicóptero y jet privado-  pero en realidad ese palo no le mola nada de nada. Y además lo que hace el Sr. Grey no se puede hacer excepto si estás bueno, tienes más fuelle que una fragua y eres un muchimillonario atormentado por su pasado dispuesto a cambiarlo todo por amor (excepto tu buenez,  tu fortuna tu helicóptero tu jet privado y tu fuelle).  Si no eres todo lo anterior va a venir la Guardia Civil a darte pa’l pelo por falócrata perpetuador de la opresión machista.
Pauta nº5.- 
TODO  eso que te parece tan lógico y lleno de sentido NO ES CORRECTO. Si tienes la impresión de que la entiendes en todo, la estás cagando y por tanto la cosa es JUSTO AL REVÉS.
Y si te resulta frustrante pensar que no entiendes nada, no te preocupes: eres humano y tu Windows 98 segunda edición no da para más.
Con estas pautas elementales y un poco de práctica ya podéis ir haciendo vuestros pinitos. 
Y por si no os queda claro lo importante que es la fruta, recordad que  todo empezó por una mierda de manzana…