Mientras nos lamentamos de quién va o deja de ir a Eurovisión, no se habla de otras cosas importantes, como que el malvado señor Bosque Verde, en connivencia con el Hacendado (menudo par de cabronsones), está rebajando la calidad de sus pañueliños da moqueira.

Se supone que el celo ese que hay por donde se abre, es para mantener el paquete con toda su frescura entre mocarrada y mocarrada. Abres, coges, cierras, y eso se pega otra vez. Flojo, pero lo suficiente para mantener la portañica de plástico en su sitio. Una cosa normal. Tampoco hace falta que pegue como pa sellar los manguitos de freno de un cobete espacial, pero hombre…

Pues según abres la pestaña de extracción, tirando de lo azul, te se queda pegao el celo entero en el dedo.

El celo no dura, menuda mierdati
El mundo está loco con este party
Yo tengo un problema pa sonar la nari
Me se queda abierto to’l paquetary
¡Vaya mierda de celo! ¡Mira p’ahí, Mari!
Apenas hago doom, doomCon mi boom, boom
el pack de mocarisSe queda abiertary

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¿Qué será lo siguiente? ¿Ponerle microachís a los pañuelos? ¡Claro, si se queda la portañica abierta…! («microachís» = estornudar, pero muy flojito)Y esta es la relación entre Eurovisión, y el contubernio de los pañuelos de sonar los mouchetes.Dicho esto, mucho mejor pa Tanxugueiras, que van a tener más bolos que días tiene el siglo. Que es lo que mayor bien les hace y lo que se merecen. Y el «SloMo», por lo que a mí respecta, con queso de tetilla e pimento, ¡E tortilla de Betanzos, carallo!