Hola amiguis.

Normalmente no hago críticas de cine, pero esta tarde mi señora y yo decidimos ver en una de esas plataformas digitales del Averno una peli navideña. Por la cosa del espíritu navideño, y que a los dos nos mola la navidad. Sí, ¿qué pasa? ¿EH?

Trataré de resumir la P*TÍSIMA M*ERDA en cuestión, escrita en el reverso de un cartón de Celtas por un guionista drogao, monguer y sociópata con severos problemas mentales. Es imposible describir con palabras semejante horror, pero lo intentaré:

La peli, cuyo título prefiero no recordar, versa sobre un payo podre de pasta que llega a un poblacho de ridículos de los c*jones en el que hasta el macarra más malo malote es un Ned Flanders abofeteable y más blandengue que el bíceps de Pocoyó ¡MECAJO NA CONA, QUÉ MANGA DE GENTE MÁS TONTA DEL ORTO Y ANORMALA! ¡PERO ESPABILAD, ATONTAOS! En ese pueblo cae un comercial de estos sin escrúpulos, y en cada casa les calza los 58 tomos de La Enciclopedia Ilustrada del Pedo como hay Dios. Y muy bien hecho, coño ¡Selección natural!

El payo millonetis se ha comprao una casa acojonante que no necesitaba reformas ni hostias porque estaba pa entrar a vivir a pelo. Lo que se dice poner el cepillo de dientes en el baño, y el colgador de llaves recuerdo de Benidorm clavao en el recibidor, y ya está. Pero aun así manda reformarla, el tío refalfiao. Le pide al contratista que le busque un decorador de interiores, y resulta que en el pueblo hay una empresa de decoración de interiores. UN PUEBLO DE OCHO CASAS CON AGENCIA DE DECORACIÓN DE INTERIORES. Eso es en un pueblo de España y a ver como coño pagas los autónomos, el trimestre y la luz decorando interiores ¡HOME, NO ME JODAS! ¡PON UN BAR! ¡O UNA COSA DE TURISMO RURAL!

El comemierdas en cuestión llega con su hija adoptada y repelente a más no poder, que va abrazando a todo cristo como si estuviera borracha o drogada. PERO A TODO CRISTO ¿EH? ¡QUITA, COÑO! ¡QUE CORRA EL AIRE, NIÑA INSOPORTABLE! ¡DEJA A LA GENTE VIVIR! Una cosa indignante, oigan. Esa niña era a su entorno lo que un caramelo de toffee a una dentadura postiza, o un chorro de salfumán a un ojo.

Pues resulta que una de las decoradoras es una paya carapán de mi edad, pero que interpreta a una treintañera, antigua novia del muchimillonario. Yo ahí ya me estaba cagando en las muelas de papá Noel. Como la casa está en obras, el tontopollas y la niña insoportable se van a vivir al hostal moñas de la ciudad, regentado por un señor moñas y su hija moñas, y cuya decoración de navidad calculo que está valorada en unos 10 millones de dólares. Recibo de la luz aparte, porque todo aquel bombillerío deja lo de Vigo a la altura de una linterna mierder de los chinos. Bueno, pues según parece mantienen ese dispendio con las 8 habitaciones que calculo que debe tener el establecimiento. No solo eso: contratan a un señor mayor para hacer de Santa Claus en el hostal, imagino que por una cantidad irrisoria. Pa crear ambiente entre los zagales del pueblo, que pa ser tan pequeño debe tener más natalidad que Calcuta. Se conoce que en el villorrio viven ocho o nueve Ortegacanos de esos con el semen de fuerza. E intentan colarnos que el hecho de que a un jubilao la pensión no le alcance, hasta el extremo de tener que buscar un trabajo de mierda pa poder comer, es una cosa bonita y entrañable. ¡PERO DE ESA LÍNEA ARGUMENTAL NO TIRA EL CABRONAZO DEL GUIONISTA, NO! ¡A mí es que me hierven los linfocitos, rediós!

Naturalmente, la niña repelente está encantada tocando los c*jones por el hotel, y al pobre jubilao, y todo muy bonito y muy moñas. Ya en ese momento, la niña está planeando que el padre se líe con la decoradora carapán para que sea su mamá. Que me parece una cosa más sórdida que el copón, pero oye allá cada cual con la medicación que NO se toma. Y le pide al jubilao como deseo de navidad que alcahuete duramente a ver si empareja al cebollino y a la carapán. Pobre paisano. Eso no está pagao.

La otra decoradora, es requerida de amores por el contratista que hace la reforma del casoplón, que según parece lleva años intentando pillar cacho. Pero ella caga pa él. Hasta que el tío decide pasar de ella como de la mierda y la ignora totalmente. Y entonces sí. Ella se enamora muchísimo. Esto es lo único creíble de la peli, también te digo.

Total, que al final todo es guachipusti, y la decoradora y el payo millonetis se lían pa siempre, y la niña, en lugar de dejarles intimidad pa sus cosas, se pone en el medio, los coge de la mano y dice «¡Es un milagro de Navidad!¡Gracias Santa Claus!»

Yo ahí ya estaba de una hostia QUE SI AGARRO POR LA PECHERA AL MONGOLO QUE HIZO SEMEJANTE BODRIO, LO ARRASTRO POR LOS BALDOSINES ¡¡¡CAJON DIOLA!!!

Y por eso mi señora y yo, muy a nuestro pesar porque nos mola(ba) la Navidad, estamos pensando en convertirnos al sintoísmo, o a cualquier otra religión donde estén prohibidas semejantes mierdas. Y también valoramos darnos de baja del Necflits de los c*jones ¡MECAJON LA CONA YA!