La neurocirugía, la física cuántica, la ingeniería aeroespacial, el encaje de bolillos, montar un mueble de Ikea a la primera sin que te falte el tornillo Stüpiden… Todas ellas son cosas que tienen en común el hecho de ser dificilísimas.
Pero que digo yo que si hay algo difícil, pero difícil que te pasas a día de hoy, es abrir la boca en las redes sociales sin que alguien se ofenda y/o escandalice más que Pitita Ridruejo en un concierto de Extremoduro. De hecho dicen que en el Facebook además del botón de «Bloquear» y del de «Eliminar de mis amigos«, van a poner otro de «Yomecagüentóstusmuertosjolagranputa» para dar salida a la sobreproducción de bilis de forma ordenada a la par que tecnológica. Hay estudios que dicen que la bilis que produce en un día un ofendido profesional del Facebook podría proporcionar energía a una ciudad de 250.000 habitantes durante tres meses bisiestos.
Y siendo tan general esto de ofenderse por todo, digo yo que o bien debe ser cosa del cambio climático, o bien tenemos la piel más fina de lo normal. De tratarse de esto último no cabe ninguna duda de que estaríamos hablando de un clarísimo complot del Mercadona, que le pone algo chungo a los potingues de Deliplus, y de la que te hidratas o te exfolias el careto te meten por vía tópica un chute de Malahostiadiol o de L-Ofenditina. Y por si fuera o fuese poco el Deliplus, hay fundadas sospechas de que el Hacendado tenga algo que ver en el asunto: un tipo que lo mismo te hace unas galletas, un yogur de coco o unos macarrones, y todo ello sin gluten ni nada, no puede ser de fiar. O sea, que el Hacendado está acaparando todo el gluten para él solo –el muy cabronsón– y de ahí que no se pueda opinar sobre nada en el Facebook o en el Twitter sin que la concurrencia, que está hipogluténica perdida, se te tire a la yugular.
Por ello, para luchar contra el exceso de Malahostiadiol y de L-Ofenditina y la flagrante escasez de gluten, vamos a considerar algunas cuestiones a tener en cuenta para que la peña no se nos ofenda toda en esos lugares que sirven para demostrarle a todo el mundo lo feliz que eres «pa’ que se jodan», más conocidos como «redes sociales»:
Una cosa que, al igual que Nacho Vidal, puede traer mucha cola son las expresiones y frases hechas. Si por ejemplo llueve mucho ni se te ocurra decir que «hace un día de perros» porque te van a salir 350 animalistas dándote de fostias hasta en el DNI electrónico por insensible. No seas zoquete y limítate a decir que «hoy llueve mucho», aunque en tal caso también corres serios riesgos de que te caneen por simplón y por decir obviedades: la peña ya sabe que llueve mucho porque es lo primero que miran en el «esmarfón» antes de meterse en las redes sociales a ofenderse.
Si un día no te encuentras del todo bien, no seas asno y en ningún caso se te ocurra decir que «no estás muy católico» porque te convertirás ipso facto en cosas como por ejemplo , un cristofascista. En todo caso deberás decir que «no estás muy confesional ni tampoco aconfesional, tirando a ateo o a agnóstico pero todo ello dentro de un orden relativo dentro de las creencias personales» aunque probablemente incomodarás alguna sensibilidad anarquista por lo del orden, o a los aficionados al baloncesto por lo de las personales. Limítate a decir «Estoy jodido/a» , cosa de la que se alegrarán un alto porcentaje de tus amigos y como mucho te pondrán 25 cartelitos con frases de esas de autoayuda de Paulo Coelho. Tú eliges libremente la penitencia.
En temas de política sí que tienes que andar con pies de plomo, porque aunque ya se sabe que en España todos somos muy tolerantes y extremadamente respetuosos con las creencias de mierda de los demás, la paciencia tiene un límite. Aquí da exactamente igual lo que digas, porque serás un fascista-leninista-neoliberal-liberticida-marcablanca y de las JONS te pongas como te pongas. Por tanto te quedan tres opciones y elijas la que elijas vas a quedar como Cagancho en Almagro o lo que es lo mismo, como Belén Esteban en Saber y Ganar:
- A) Colapsar Internete compartiendo las 24 horas del día una amplia selección de los carteletes y textos de copia-pega que más y mejor insulten a todos los que no vayan a votar lo que tú. Que lo que pongan los carteles sea verdad o no, no importa lo más mínimo. Tú a lo tuyo, que es concienciar a los demás de que son completamente gilipollas y tú no.
- B) No publicar ni compartir nada al respecto para que quede más espacio en tu muro para los carteletes que comparten los de la opción A.
- C) Hacerte el orejas y limitarte a publicar fotos de gatetes y carteles con frases de Paulo Coelho, para terminar de colapsar el muro de los de la opción B, no sea que se vaya a desperdiciar espacio a lo tonto.
Luego ya, puedes optar por A y C a la vez, pero entonces es bastante probable que ofendas muchísimo a los de la opción B, que a su vez ofenden a A y a C porque su desinterés y falta de posicionamiento los hace cómplices silenciosos del sistema.
Respecto al tema del sexo, hay reglas que se deben respetar: si eres hombre y ves un artículo remotamente relacionado con el asunto del follifornicio en cualquiera de sus variantes, como por ejemplo: «Las siete cosas que debes saber para volver loca a tu pareja en el lecho» –por alguna extraña razón siempre son siete– ni se te ocurra compartirlo, cerdo machista. Tú entra a mirar el artículo a ver si sale alguna teta o algo, y punto. Por el contrario si ese mismo artículo lo comparten ellas está bien, porque es para mejorar la relación de pareja y «por si aprendes algo». Lo que ellas no saben es que dejaste de leer el artículo cuando viste que no salían tetas ni nada, y que casi prefieres que te hagan directamente un breve resumen de las siete cosas que se supone que tienes que aprender. Pero no se lo digas, no se vaya a ofender. Tú haz como que leíste el artículo, pero no le des a «Me gusta» o todas sus amigas sabrán que eres un salido -cosa que por otra parte, todos tus amigos ya saben perfectamente.
Conclusión: que los dioses repartan gluten, que buena falta nos hace. Menos a los celíacos, no vaya a ser que se ofendan.
Jaaajaaa, genial " me gusta ". Un abrazo.
Un abrazo, Paco!