-¡Uffff! ¡Qué complicao es esto! ¡Parece un gerontológico de esos!

-Jeroglífico.

-Yo soy Jose Luis. Encantao.

-No, no, que  digo que, efectivamente, es complicao.

-Así es, amigo Jeroglífico

-No, me refiero a que ese mueble que está montando parece de montaje complejo.

-No, es de montaje con tornillos ¡Le veo desorientado, amigo Jeroglífico! Mire, aquí va el tornillo Karäjen, aquí el tornillo Pirüla, aquí esta cosa que no se qué es…Esto lo he pegao con un moco. Lleva secando desde la última pandemia de la peste plutónica ¿O era la epidemia de la ciruela?  No me acuerdo. Bueno, será cosa de la humedad…

-Comprendo. Sea como fuere, es una linda estantería.

-No, no, esto es una mesa camilla. Pero ahora que me fijo, sí que parece una estantería, sí. Igual no debí serruchar la tabla esa redonda que venía…

-Diría que no. No ha sido buena idea.

-Claro, porque ¿Cuándo se ha visto una camilla redonda? ¡Malditos polacos! ¿No se dan cuenta de que esto en la ambulancia ocupa mucho?

-Son suecos.

-No, esto son unas chirucas ¡Buenísimas! 

-No, me refiero al fabricante.

-El fabricante de las chirucas es de por Logroño o por ahí

-¿La Rioja?

-¡Uffff! ¡No me hable de la selección, que me enciendo! ¡Esta Eurocopa no ha podío ser!  ¡Mira que perder en los penaltises! Le veo a usted poco informado, amigo Jeroglífico. Por cierto, ¿Por qué le han llamao así? ¿Le odiaban sus padres o algo?

-Creo que no nos estamos entendiendo, caballero. Me llamo Alberto José.

-Un placer, Alberto José Jeroglífico. Curioso apellido ¿Es usted de familia egipcia o de por ahí alante?

-No, si yo me refería a… Es igual. Sí, soy de los Jeroglífico de toda la vida. Bueno, pues un placer. Que le vaya bien con la mesa camilla.

-Ná, al final la voy a dejar de estantería, amigo Jeroglífico ¿En su país conocen la estantería? ¿Hay WC, o se alivian en el monte, ahí a lo jipi?

-¡Esto es inaudito!

-No señor, es una mesa camilla modelo Sörete. Pero ahora será una estantería. Creo que la llamaré Vijände. O María Antonia. Ya lo iré viendo… la cosa es que en lugar de una empresa de ambulancias tendré que montar una tienda de cosas que se puedan poner en una estantería. No sé: una mercería o un taller de portaviones ¡Putos polacos! ¿Usted cree que en Polandia tendrán mar, amigo Jeroglífico?

-La estupefacción me invade.

-No me extraña, señor Jeroglífico.  Es que esto es un auténtico gerontológico. Hágame caso, y no compre usted jamás una mesa camilla en Blimea, que las hacen redondas.

-¡Oh, señor! ¡Haz que la parca me lleve, poniendo fin a estos padecimientos!

-¡Hala, alegrándome! ¡A mejorarse de las almorroides, amigo Jeroglífico!

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FIN (y por esto era)