Veo yo que la gente no sabe venir a Covadonga correctamente, y eso es un sindiós. Si eres de fuera de Asturias lo primero que hay que preguntar es dónde se coge la autopista de Covadonga. No hay. Bueno, hay pero poco. Luego hay que dir por la nacional, que es una carretera nacional de ir detrás de un coche de ingleses 14 kilómetros a 2 millas por hora. O yardas, o en lo que coño midan la despacitud. Si tienes suerte, también pillas algún tractor de los de velocidad de viajar atrás en el tiempo. Una vez fui a Covadonga de domingo y llegamos cuando la Segunda República. Al principio del todo, cuando estaban los rodapiés sin poner.
La carretera nacional, como su propio nombre indica, es una carretera de orden. También puedes ir por una carretera rojaza, que son más reivindicativas.
-Pos yo a Covadonga voy por el Fito
-Claro, cabrón. Además de rojazo, avispao. Como vas con los Fitipaldis…
Bueno, pues si vas a Covadonga de jipi low cost, de eso que dices: «bah! Pillamos algo en el Alimerka de Cangas y ya…» Menos si vas un lunes, que en Cangas está todo cerrao. Porque son ellos de cerrar los lunes. ¡Qué pillines! Claro, aquí los chistes de los lunes no los entienden. Los de los martes sí. Entonces ya, o compras cosas de comer de esas pa turistas, que te dan las casadiellas en un blíster promocional con unos asturianos dibujaos, o comes en un chigre típico de turistas de esos con nombre rollo: «El emperador de la fabada». Coño, que ya te esperas que el dueño salga con sombrero tejano como de vendedor de coches usaos. Si eliges esta última opción, tienes que atenerte a las consecuencias y asumir graves riesgos porque ahí llega gente que dice: «Poj yo me comeré una alubiada para mí solito. Con sus currujcos de pan y su chijtorra y tó. Y de segundo unoj cachopitoj de morcón de Mójtoles»
Claro, luego llegas a Covadonga y ves a la Santina, pero desde lejos. Por no subir las ejcaleras. Por un momento te sientes obligado a explicar al turista de la chijtorra que se puede entrar por enrriba, que es la entrada de las farturas, y luego ya bajas rodando cómodamente por las escaleras pa que te coman los leones de abajo. Pero luego te acuerdas de la «alubiada» y no le dices ná. Que se joda con sus meteorismos y sus eructos choriceros.
En lo de comprar los escapularios, encontrarás gente pidiendo medallas de la Virgen del Rocío. Oiga, que no hay. Aquí la titular es la Santina. Haga el favor. ¿A que no va al Bernabéu a comprar una camiseta de Messi o de Quintorras? Pos eso.
Una vez una señora de Almagro sufrió un grave percance al hacerse la picha un lío y colgarse al cuello un caramelaco de Covadonga, e ingerir una cruz de la victoria con cadena y victoria y todo. Afortunadamente, un peregrino que pasaba por allí le pidió a la Santina que intercediera por la señora y la salvara de fenecer asfixiada. Pero por si acaso, le hizo la maniobra piadosa de Heimlich. Era un peregrino agnóstico. Desde entonces, la mujer agradece los favores recibidos visitando cada año el santuario de Heimlich, donde le realiza la maniobra a todos los fieles visitantes que lo deseen. Para difundir la palabra. Una vez le sacó el marcapasos por la boca a un señor, que no sobrevivió pero se echaron unas risas. En el epitafio del hombre se puede leer:
«Paco, ya te dije que fuéramos a Covadonga y no a la mierda’l santuario Heimlich, que ahí te maniobran a la que te descuidas»
Los ingleses, que son los últimos en llegar, dicen «Virhen of Couvadenga». Tengo visto a la Santina amagar apease de la peana al oírlo. De hecho, en la entrada ponen un cura matón que vigila que no se hagan selfis, coman pipas, ni digan «La Santita». Al que se pase un pelo, lo cilician vivo.
En el aparcamiento SIEMPRE hay una furgoneta que se bajan de ahí diez curas. Coño, eso es hacer milagros. Es una curineta. O diez monjas. La Sorineta. Joer, que vienen que me traen el traje de cura que da gloria de verlo. Es lógico, porque son del consejo de administración y hay que venir curiosos. No como los demás, que vamos todos desfarrapaos con los playerinos de ir a Covadonga y la camiseta irreverente de ACDC o de Mister Güonderful.
-Disculpe, hermana: ¿Cómo hace para, después de 300 km en la Sorineta, venirme con el kimono de faena tan bien planchado?
-Es la voluntad del señor
Y viendo cómo traes tú la mierda de camiseta, que eso ya no son arrugas, son simas, comprendes que Dios te ama pero se conoce que menos. Hay que tener contactos en todos lados, carallo!
Y ahora os dejo, que tengo que echar la moneda al monte, beber del charco, y bañarme en todos los caños. ¡Mira que si me caso o algo! Ná, eso no puede pasar porque me operé en una clínica de barrer los pies.
¡Ay por favor! El padre Fabián qué planchao me va siempre!