Con frecuencia viene a mi curro gente de otras nacionalidades. Pero de otras, otras. Vaya, que de castellano dos o tres palabras. Y lógicamente sus artilugios electrónicos vienen en sus correspondientes idiomas. Léase ruso, chino… Hoy tocó chino. Ya de mano el señor, muy agradable y de gesto bondadoso, que es lo único que entendí más o menos, porque la cara de buena gente se nota en todos los idiomas, me muestra su tablet intentando explicarme el fallo que presentaba, y/o el problema que le atribulaba.
Más o menos así:
-Ete no fosiona. Quí. No fosiona. Ete sí -dijo mientras señalaba su móvil apasionadamente con el dedo índice.
Vale. Algo no fosiona en tablet que sí fosiona en móvil. Guay. Enciendo la tablet. Tiene patrón. Le indico con mi dedo índice -que es el dedo internacional por lo que se ve- que sea tan amable de dibujar el patrón de desbloqueo. Esto lo entendió muy bien gracias a mi interpretación dibujando patrones en el aire, así a lo pijo.
Bien. La tablet, como no podía ser menos, está en chino. O en algo. Menos mal que el botoncillo de «ajustes», al igual que el dedo índice, es universal. Así con el dibujete de un engranaje, cosa muy lógica en un aparato electrónico. Fantástico. Las opciones de configuración (unas 14), parecen todas iguales. Claro, como está todo en chino… Me guío por los dibujetes que acompañan a cada opción. Yo buscaba el icono que representa una bola del mundo. Lo normal. No hay un puto dibujo que guíe un poco para tratar de poner la tablet en español de España. Esta tablet no tiene icono con la bola del mundo, como queriendo decir: «Tú aprieta aquí a ver qué pasa, que dentro hay cosas mundiales para configurar. O algo.»
Nada. Bien: no hay problema. A pulsar tó loco a ver si de petaca acierto. En de repente, después de un rato -todo eso mientras el honorable señor insistía con su dedo índice en que lo que coño fuera, en el móvil sí que fosionaba. Pero en la tablet no fosionaba. Empiezo a sospechar que algo en la tablet no fosiona. Efectivamente: sigo dándole a todo a lo pijo a ver qué pasa. Ante mis ojos salen los mismos caracteres una y otra vez. No importa dónde pulse. Efectivamente, nunca mejor dicho, no importa dónde pulse. Empiezo a valorar preguntarle al honorable dónde coño se cambia el idioma de la tablet para que yo pueda entender algo. Aunque sólo sea un poco. Desisto al ver que insiste en que móvil fonsiona y tablet no fosiona. Vale. Algo sacamos en claro.
En una de las pantallas en las que ya había entrado, me da por desplazarme hacia abajo ¡Coño! ¡Al fin! Aparece una lista, que empieza por «Afrikaans». Que como todo el mundo sabe, es el primer idioma que aparece, y luego ya aparecen todos los otros a continuación. Ya sabéis: «Banamakan», «Cestina» «Dholuo», «English»… No me jodas. ¿Dónde se habla el «Furlan»? Pa mí que se lo inventan. ¡Ahí está! Estoy más emocionao que Abascal con un casco de los Tercios Viejos mangao en el cráneo reconquistando Flandes: ¡ESPAÑOL!
¡Hostia! ¡Ahora sí! ¡Aquí ya me defiendo! ¡JAJAJAJAJAJA!
Pues no. No sé qué coño quiere el honorable. O su índice se explica mal, o yo ando regular de entendederas. Trato de hacerle ver que me indique qué coño es lo que SÍ FOSIONA en su móvil, para ver por qué NO FOSIONA en su tablet. Me apoyo en mi dominio idiomático del dedo índice para hacerme entender mejor. ¡AY AMIGO! ¡ERA UNA APLICACIÓN PARA VER EL JÚRGOL!
Claro, como en la tablet no la tenía instalada, pues ¡¡¡POR ESO NO FOSIONABA!!!
Me lo he pasao tan bien, que no le he cobrao ná.
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