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Las bodas son la repanocha y la repera. En una boda lo primero que hay que considerar es el asunto del casamiento con otro ser, que no es moco de pavo. Hay, no obstante, casamientos que son un moco y punto. Pero eso es otro tema que celebran mucho los abogaos de divorciamientos y rupturas en general, que también tienen que vivir. Podría decirse, que cuando un casamiento es un moco, descasarse es un acto solidario para con los letrados descasamientalistas.

Una vez resuelto el tema de con quién te vas a casamientar, que habitualmente es una cosa que no se piensa detenidamente, es conveniente que la otra parte también sea partidaria de casarse, porque eso evita luego muchos reproches:

-¿Me quieres?

-¡Jooooder! ¡QUE NOOOOOOO!

-Pero, ¿Te casarías otra vez conmigo?

-Definitivamente eres tonto del páncreas, chaval

-¡Yo tambien te páncreo, mi amor!

Bueno, pues suponiendo que ambas partes estén por la labor y eso, hay que pensar por qué sistema te vas a casar. Porque en esto, como en todo, también hay sistemas. Pasa como con los vídeos, que había Beta, VHS, y así…

1.-Casamiento en por la iglesia: aquí hay un señor vestido de Demis Roussos cuando iba de domingo, que mediante una serie de rituales y cosas te casa ante los ojos de Dios y los de la tía Paca, que está muy emocionada por el evento. Le emociona muchísimo robar el pan en el banquete, cosa que no sucede todos los días. Sólo en los que hay boda. Bueno, pues si es una boda modesta de familia así sin posibles ni apellido tocho ni nada, te casa un curapárroco en una parroquia de esas con pósters pegaos con celo por las paredes y zagales que tocan la guitarra a ritmo de «trin quitín quitriqui trín qui tín…» y con eso lo mismo te cantan una jota piadosa que una balada cuquirreli. Por el contrario, si no tienes una familia de morondanga, te casas en una iglesia en condiciones, con sus comodidades y su canesú, y viene, o bien el arzobispo, o siete curas. El equipo que llegue primero. Entonces ya, que si tal, que si por el poder que me ha sido conferido, ¡ZASCA! Anillaos los dos y a tomar por saco. Eso ya sólo se puede deshacer a los ojos de Dios si tienes cuartos. Si no tienes cuartos, te jodes pa toda la vida. No haberte casao.

2.-Casamiento por lo civil: es como el otro, pero con un concejal de festejos, o un juez, o lo que haya a mano. Si tal, pues se leen unos poemas, unos haikus, unas instrucciones del Ikea, o algo, porque los artículos de casarse del Código Civil son más sosos que el corcho sin sal. En las bodas por lo civil, si hay Karaoke no se considera herejía ni blasfemia ni nada. Si tienes mala suerte, tu tío Amancio habrá traído la pandereta y se empeñará en echar unos cantes populares para cerrar la ceremonia. Te jodes. No haberlo invitao.

3- Casamiento por ritos rarunos: pues qué sé yo. Desde la típica boda en Las Vegas que te casa un Elvis diabético, hasta casamientos por el rito Hallapupuyu, que ibas por la selva a lo tuyo todo mamao, y te casas con una jubilada danesa, que encima ni tiene pasta ni nada. Uno pisa un palo, ella coge el palo, tú besas el palo, ella te hace una laparotomía con el palo, el chamán se parte el ojete porque está todo fumao de cosas de la selva, bebéis los dos un brebaje de mierda que tiene el chamán metido en medio coco, que ya bebió de ahí media Polinesia, palo p’aquí, palo p’allá, el chamán hace un baile rarísimo pegando saltos y diciendo “HAIAAAAAA HAIIAAAAA ULEEEE ULEEE HAIAAAAA…” . Menudo ciego que me trae er hioputa. Y hala, casao a lo imbécil.

Aluego del sistema de casarse, hay que elegir los banquetismos y celebraciones. Los banquetismos y celebraciones postboda tienen que ser más mejores y distintos que los de las zorras de tus amigas. Lo de soltar palomas, poner photocall, y fuente de chocolate y todo eso, está muy visto ya, y hay que hacer otras cosas:

Por ejemplo, puedes obligar a todos los invitados a que hagan puenting desde el tejao del restaurante amarraos por una pata a una goma. El que más piezas dentales pierda, toma postre. De postre turrón del duro ¡Vaya risas luego!

-¡Pero que soy tu abuela! ¡Que tengo noventa años y esto del puenting no lo veo ¿Eh?

-¡ABUELA! ¡NO ME ARRUINES EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE MI VIDA Y SALTA YA!

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh ¡PLOF!

-¡Yupiiii! ¡Hoy comes turrón del duro, abuelita! ¿A…abuelita?

Luego ya, nada de unos entremeses de pie, que eso es todo fritangueo y está muy visto. Pones unos cojines en el suelo, así en círculo, y obligas a la concurrencia a sentarse a lo jipi a beber té azul de Madagascar con torreznos y churros. La tía Josefa está enseñando la bragafaja toda espatarrada, pero que no hubiera venido. El tío Manolo tiene la entrepernera del pantalón con agujeretes, pero siempre ha sido un rácano y ese traje lo ha llevao ya a 58 bodas, 36 bautizos, 150 funerales y 25 nocheviejas. Y al notario una vez.

Nada de fuente de chocolate. Pones una fuente de alioli, y que la gente moje gusanitos y chupachuses

Actividades diversas: hay que poner unas letras tochas pa que la gente se haga selfies con ellas con gorros y caretas, y narices de mentira, y tetas de plástico, y eso. Pero las letras, nada de “Cuqui y Paco”. Qué va.

-¿Qué quiere que pongan las letras tochas de hacerse selfies con ellas?

-¡Qué sé yo! ¿Qué letras tiene?

-Pues la “Ñ” la “ch” y la X las tengo de oferta y vienen teniendo mucha salida

-¡Enga, pues esas! ¡Y una “W”! ¡Hala, la casa por la ventana!

El menú del banquetorro tiene que ser chachipiruli. O una mierda, da igual. La cosa es que sea diferente y tenga nombres anómalos:

Entrante: timbal de gravilla de cantera gratinada con reducción de sueldo y banda gástrica cuqui

Primero: antojo de seitán de temporada aluminizado con reminiscencias cítricas y una madreña puesta encima

Cortante: sorbete de puñales

Segundo: Strüdelfüngerberger de palomino de mar amariscado con alevosía, lascas de sillín de bici y kikos sabor barbacoa ferruñosa

Postre: turrón del duro para los ganadores del puenting

De beber, barra libre de lo que cada uno haya traído de casa. Es una boda participativa, y punto,

Para los niños, hay que poner payasos originales que inflan globos en forma de pene y recitan de memoria pelis de Almodóvar.

Luego ya tiene que haber diyei, en una concesión a lo convencional. Pero el diyei es un mono capuchino con gorro, que eso no lo ha hecho nadie todavía. Para el baile hay que hacerse una coreografía guapa a la par que sencilla subidos encima de una llama de los Andes que escupe bombones de tofu a los invitaos. Queda terminantemente prohibido que las señoras mayores se acerquen moviendo las caderas a los adolescentes que hay en la boda como incitándolos a bailar. Eso está muy visto. En su lugar, serán los adolescentes los que muevan sus caderas sin desapalancarse de la silla y envíen güasaps a las señoras mayores rechazando tajantemente cualquier actividad de danza y/o interacción humana. Wifi gratis pa los zagales.

De regalo, una caja cartón con humidificador para que metan dentro el pan los que lo roban y no se les quede como la yesca. En la caja, tiene que ir impreso algo original. Un serrucho, una desbrozadora… lo que sea, pero original.

Por supuesto, nada de pedir lo que sobra en un tuppergüare “para los perros”. Los invitaos tiene que traerse a sus mascotas, y que se pongan ciegos ahí de lo que ha sobrao. Los perros y las mascotas, digo. Si tienes una mascota rara, un perro verde o algo, hay que llevarlo a la boda también. Un ñu con puntillas de algodón de comercio justo, por ejemplo, da un juego que te cagas y tu evento será recordado siempre.

Y así es como se hace