Queridos amigos del club Bildergeyper (vaya buenos que eran vuestros Juegos Reunidos, cabrones), de la conspiración oreomasónica (vaya buenas vuestras galletas, primos), de los illuminati ma non troppo (qué caras vuestras facturas de la luz, jopúters), de la Orden de Sion Travolta (vaya bailes buenos los saturday night fever en la discohortera, piratuelos), o quien carajo gobierne lo que es el meollo y el mondongo del mundo:

Como ya nos tenéis un poco hasta las gónadas y lo de estos años ya aburre, que digo yo que podíais ir lanzándonos nuevas pestes y calamidades. Pa variar. Esto ya es como si desayunas todos los días un colacao bebido y una magdalena rancia untada con guacamole. Está bien una temporada por las risas y eso, pero luego ya cansa.

Como muchos estamos hasta el ojal del surtido Cuétara de catorce pisos de galletas de coco, menta y extracto de manilla de puerta de WC que tenemos en el Congreso, que digo yo que podíais poner un híbrido de Espinete y Torrebruno enfocicao que segregue por la sobaca zumo de pizza con piña, o algún veneno peor. Que tendría mucha emoción cuando vaya dando abrazos a la gente por los mercadillos en período electoral, hacer apuestas a ver cuantos la amochan al contacto con la ponzoña sobaquera. La Sobacoloto, vaya. Que iban a ser más perras pa hospitales. Yo es por dar ideas a la par que financiación.

Las votaciones de las cosas importantes, que se decidan con el Tragabolas. El que más mamporros le haya dao al hipopótamo y más bolas haya trincao, gana. Total ya…

En las gasolineras, nada de «ha elegido usted gasolina 95». Nada más descolgar el pitorro, que suene «Sufre mamón», pero una versión debidamente aprobada por el Santo Oficio y por Josie. Y si descuelgas el pitorro del gasoil, que salga de una portañica un moñeco de Gretatunber y te cruce la cara con dos soplamocos bien daos. Por obrero contaminador opresor y de las JONS.

La próxima pandemia, que sea de francotiradores vietnamitas de mediana edad pululando por las azoteas, disfrazaos de Florinda Chico y disparando pelotas de golf con el parrús a los viandantes. Ahí, en plan escopeta de balines entrepática. Una masacre muy poco higiénica, por otra parte. Pero más entretenida, porque iban a aparecer expertos en pelotas de golf y parruses neumáticos para amenizar las tascas y tertulias. Y eso es una cosa de dar mucho juego.

Exigimos que en el Mercadona, lo mismo que venden los huevos fritos a cuatro mil pesetas la docena, empiecen a vender la cerveza ya bebida. En bidones de 5 litros, debidamente gravados por el Impuesto a las labores de orinal. Más hospitales y carreteras de pago. ¡Basta ya de cargar al pueblo con tediosas tareas propias de otros tiempos!

Y el próximo mundial de júrgol lo queremos en Peñamellera Baja. Y si es en Peñamellera Alta, que pongan ascensor de manivela ecosostenible.

A ver si pudiera ser, hombre. Que tampoco es mucho pedir.