-¡Joseph! ¿Por qué te resistes al cambio? ¡Ya no me amas! ¡¿POR QUÉ?!!!

-Pero…

-¡Deja ya de jugar conmigo! ¡Si ya no sientes nada por mí, compórtate como un adulto y ten la valentía de decirme aquí y ahora que no puedes darme lo que te pido! ¡¡QUE ME LO DIGAS!!

-Creo que esto se nos está yendo de las manos y…

-¡Maldita sea, Joseph! ¡No hieras más mi alma atormentada! ¡¡¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO?!!! ¿EH? ¡¡¡A VER!!!! ¡¡¡¡¡¿POR QUÉEEEEE?!!! ¡¡¡AIIIIIIIIIIIIIIIN!!!

-¡A ver, señora, que no le cambio el edredón! ¡Que huele a tigre y está lleno de lamparones y manchas de Nutella, y además el ticket es de «Confecciones Fernández» y del año 2010! ¡Y deje de llamarme Joseph ya!

-¡Joseph Luis! ¡No esperaba esto de tí! ¡Me has maltratado y humillado como nadie lo había hecho nunca! ¡No vuelvo más a Ikea! ¡Oh cielos, creo que me voy a desvanecer! ¡Al menos tráeme un perrito de esos de salchicha gorda con bien de cebolla y queschus!

(a punto de llorar)

-Voy a pedir la baja… ¡No puedo más!

-¡Huyamos juntos Joseph Luis! ¡Somos almas gemelas! Pero antes tráeme lo del perrito, vidina. Y un helao doble, que tengo hipoglucemia, que me lo noto yo, mi amor. Porque a mí cuando me da el apechusque me baja el azúcar y me da como linotipia… lipomitia… ¡¡¡QUE ME LO TRAIGAS YA, JODER!!! ¡Oh, creo que pierdo el sentido, y la percepción de mi propio ser se diluye mientras la consciencia me abandona a mi desdichada suerte en mala hora entretejida en algún rincón de mi alma doliente!… ¡¡¡¿ENTONCES ME CAMBIAS EL EDREDÓN O QUÉ?!!!

-¡NOOOOOOOO! ¡Acabaré con esto ahora mismo!

Afortunadamente, a pesar de sus reiterados intentos, Joseph Luis no consiguió hacerse el Harakiri con el set de perchas «Küelga» porque eso es una cosa de samurais y japoneses y él era de Sama, y porque no tuvo en cuenta que el apuñalamiento no está en la naturaleza de las perchas «Küelga», que son de suyo pacíficas además de suecas…

FIN(KEA)