Las modernidades son cosas de mucho interés. Casi se podría decir que son cosas del copón. Hoy en día, si no tienes pareja pero sin en cambio la buscas, ya no hay que ir como antes a los bares, a la sección de chocolates del Pryca, a un naiclús, o a apuntarse al coro parroquial. Eso pertenece al pasado, y está caduco. Es casi, casi, fascista.

Conozco a una persona que encontró a su pareja por el Wallapop, que estaba de oferta. Mal no le debió ir, porque aluego en los comentarios puso: «Muy recomendable. Como pareja es una caca, pero luce mucho en las recepciones del embajador, de consumo no está mal, y de chapa y pintura está regular tirando a fatal. Se opina «de que», y por las mañanas le huelen las fauces a fosa séptica. No cambio a mi pareja por nada. Es completamente imbécil «.

El vendedor, por el contrario, se convirtió al Budismo-Leninismo en agradecimiento por los favores recibidos y en la actualidad es librepensador pero no mucho, y se dedica a graznar por los foros de Internete a cambio de unas migajas y algún bocata de choppedpork.

Lo de la pareja es una cosa curiosísima que merece profundos estudios. De hecho es algo que suscita infinidad de preguntas para los estudiosos de la materia:

«¿Qué hace ese ceporro con semejante jamelga?», «¿Qué le habrá visto»? -aquí siempre surge alguna observación referente al tamaño de la pichurrica, o a las habilidades amatorias.

Incluso hay quien no se hace preguntas porque tiene las respuestas directamente:

«Casose por el interés», «¡Probe! ¡Cómo lo engañó! Si le quitas el culo, el pechamen, la cara, el tipín la inteligencia y el carácter, sería fea, tonta, y desagradable»

Yo lo que recomiendo es llevar a tu posible pareja a una boda y someterla a pruebas científicas irrefutables: he visto en las bodas a señoras hacer escáneres y resonancias a otras señoras sin quitarse las gafas ni nada.

Eso no puede fallar de ninguna manera, porque ya puedes saber, pero fijo, si tiene alguna tara o defecto importante.

Luego no os quejéis.

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