Buenas.

Con esta vocación tan mía de servicio a la comunidad -más concretamente a la comunidad de traficantes armenios y fabricantes kurdos de bolsos de imitación-, vengo a revelar un dato cultural, y otro técnico, que probablemente no sabíais.

El cultural es que de ahí viene el conocido dicho «Este bolso de Luivuitón que ha costao sus buenos 20 euracos no es original. Se trata de una kurda imitación».

Y el técnico, es que si estáis trajinando en la cocina con la olla a presión llena de garbanzos es IMPRESCINDIBLE lavarse las manos muy bien lavadas antes de intentar arrancar el ordenador identificándose mediante huella dactilar. Al menos hasta que se invente el lector de huellas dactilares que pase por alto los restos micrométricos de cocido de garbanzos.

La verdad es que si yo fuera lector de huellas dactilares, también me negaría a leer garbanzos. O sea, sería un lector con estrictos criterios literarios.

Pasad un gran día, amiguis de la fauna ibérica.

Os quiero. Casi se podría decir que os amo. Incluso a los fans del brócoli, porque el Señor, en su infinita sabiduría, nos enseña que no hay que despreciar ni discriminar a las personas humanas aunque tengan perversiones de esas.