Hola. Venía a facilitaros un interesante dato: si tomáis pastillas Juanola cuya fecha de consumo preferente era más o menos de cuando las primeras comparecencias de Fernando Simón, están aún peor que cuando son frejcas. Yo aviso.
Que aunque de sabor no sean precisamente pura ambrosía, al menos suavizan la garganta, aclaran la voz y no sé qué más. Pero si, como es mi caso, el sabor a regaliz no es lo tuyo, abstente de tomarlas cuando ya son gran reserva. Aquí lo del tema de envejecer como el buen vino, no es en absoluto aplicable. Es más bien un envejecimiento chungo, como el de las pelis del destape o el tradicional medio limón con pelos que vive en nuestras neveras patrias.
Debería haberme olido la tostada viendo el deterioro del logotipo de la caja, que lo único que se leía más o menos bien era «ano’a». Mejor hubiera sido dárselas a Fernando Simón en marzo del 2020, que ya andaba de voz más o menos como Paquirrín de nociones de armonía y contrapunto.
Qué triste pérdida, y qué perras más tiradas a lo tonto. Así en general