Tengo agujetas en el páncreas, en el íleon, en el yeyuno, en los menudillos, en la campanilla, en las trompas de Eustaquio, en la rabadilla y en las agujetas. Y luego ya en todo lo demás. Que me lo noto yo ¿En el cielo la boca hay músculos? Y luego ya para rematar me encuentro con que ha habido serios problemas en el protocolo de besar manos. Qué importa. Lo bonito es quererse y besarse. Por cierto, en el protocolo también tengo agujetas.
Al salir de la ducha estaba Pedro Piqueras esperando con una tortilla Ibuprofeno y me ha dicho:
«Las agujetas que van a ver a continuación son absolutamente apocalípticas, demoledoras, ¡Acojonantes!»
De esto último no estoy seguro porque iba yo así como catatónico. Pero de lo que estoy seguro es de que detrás de un matorral estaba Matías Prats defecando y dijo claramente: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Sin duda alguna cuando te levantes mañana te va a… Cagar».
Yo creo que me voy a dormir, que es más mejor. Tengo agujetas en el pijama.
Porca miseria…
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