Los japoneses tienen el tren bala, los franceses el TGV, los rusos tenían el Transiberiano para ir de Moscú a Vladivostok con un par, el Orient Express te permitía ponerte de París a Constantinopla en un plís… Trenes todos ellos míticos y literarios a más no poder.  En España, sin embargo, tenemos el AVE porque nosotros somos así.

El AVE, queridos amigos de la fauna ibérica,  es una cosa que corre mucho, y que sirve entre otras cosas para cobrar jugosas comisiones, para generar jugosos sobrecostes que darán lugar a más comisiones, para generar estupendos boquetes y que se caigan las casas colindantes dando lugar, como no podía ser de otro modo a más jugosas comisiones… En definitiva, mucho jugo y mucha comisión «pa» un pueblo pequeño como el nuestro

Y ¡Ojito! que eso no es todo. Además y por el mismo precio también sirve para que todos los alcaldes de todas las ciudades, villas, Juntas Vecinales y pedanías varias que pueblan esta Celtiberia nuestra reclamen tener una parada del AVE a la puerta misma de la tasca por aquello de estar bien comunicados y subirse a la modernidad más moderna que un moderno empedernido pueda imaginarse absorto en su propia y modernísima modernez.

La cosa es que la línea de AVE que unía Toledo Cuenca y Albacete, abierta el pasado mes de Diciembre, naturalmente  sin ningún tipo de interés electoral como todo el mundo sabe, generaba la pasmosa cantidad media de nueve viajeros diarios y el aún más pasmoso coste de 18.000 euros de curso legal, tambien al dia. Tras meses de estudios y largas cavilaciones, parece que han decidido que lo mismo no sale a cuenta mantener el chiringuito. De hecho están casi seguros de que no.

Con semejantes mimbres salen tales cestos, y por eso uno se hace muchas preguntas, con muchas posibles respuestas. De todos modos, hay una respuesta en particular que viene a ser como la cinta aislante, que es una cosa que sirve para todo: por lo que se ve, estar en el poder vuelve a muchos políticos irremisiblemente imbéciles. Eso lo explicaría todo, o casi.

Es lo que tiene, como se decía antaño, tirar con pólvora del Rey: que pegas tiros a diestro y siniestro sin tiento ninguno, porque como es bien sabido el dinero no es de nadie salvo del viento.

Y teniendo en cuenta que este AVE  no es más que un polluelo en el proceloso gallinero de la idiotez patria, cabe pensar que a lo mejor, quizás, tal vez, podría ser que las cosas se pudieran gestionar un pelín mejor. Sepan ustedes que actualmente, para ahorrar costes en los hospitales públicos te mandan para casita el mismo día en que te operas siempre que las tripas no te rebosen demasiado por el ombligo, que no se te vayan cayendo  los miembros por el pasillo,   o no expulses más de 3 litros de pus por hora. Cumpliendo estos sencillos requisitos se considera que estás como Dios  y te ponen de patitas en la calle. Para ahorrar. Cirugía ambulatoria lo llaman. Y encima Aznar y sus cuates de FAES andan estudiando el tema del copago sanitario, así que vayan atándose los machos y las machas con cuerda bien gorda para ir ganando tiempo.

.-Doctor, tengo pupa aquí
.-¿Y cómo es de gorda la pupa?
.-¡Mucho!
.-Pues no voy  a poder atenderle porque no le queda saldo en la tarjeta sanitaria. Eso sí, si se pasa a contrato con una permanencia de 18 años le pongo una tirita con dibujos de Snoopy y le doy una piruleta.
.-Pero es que estoy en paro y no se yo si me lo podré permitir…
.-¡Estos de prepago siempre sin cobertura!  ¡Que pase el siguiente!

Por la misma regla de tres, si en un cole no hay profesor, pongamos por caso, de inglés, la cosa se resuelve por la vía rápida:

.-A ver Gutiérrez, usted, por afinidad, va a dar la clase de inglés de 2º de la ESO.
.-¡Pero oiga, que yo soy profesor de Aranés clásico!
.-¡No se me ponga tiquismiquis y antipatriota Gutiérrez, que así no vamos a ninguna parte!

 Así «semos» y así nos va. Eso sí, para adecentar las carreteras que ya tenemos o terminar las que están en marcha,  no hay perras.

.-¡Ciudadanos de Roma!
.-¡Ave, César! 
.-¡A partir del primer día del mes de Quintilis podréis ir a 120 por nuestras magníficas calzadas!
.-¡Pero no tenemos denarios ni sestercios para mantener nuestros caballos y cuadrigas! ¡Oh, gran César!
.-¡Qué asco de populacho! ¡Semper jodiendum!. ¡Legionarios, disuelvanme el Foro!