Aquí, otra que me iba a dejar una herencia que fijo que dejaba la del Tío Gilito a la altura del defecar. Vaya temporadita, primis.

El hecho de que uno de los amigos que tenía en común fuese invariablemente el hilo de unión con toda esta caterva de chorros desde el mismo día en que me pidió amistad, me ha obligado a desamigarlo ipsofacto e isoflauto. Y aún diría más: insoflacto.

Que desde su aparición haya vuelto la avalancha de timadores, y EN TODOS LOS CASOS sean amiguitos suyos, me sugiere, como poco, una preocupante falta de criterio de selección. Pero oye, son cosas que van en gustos.

No es por nada personal. Es por quitarme trabajito y fatiguitas innecesarias. Buen viaje.

¡Bueno, home, bueno! Y de otra manera voy a terminar con estas palabras de aliento y autoayuda:

aférrimo, misógeno, exclavo, tasis, tránsfogo, sin en cambio, cagamandurrias, fideligno, subrealista, ventrícuolo, pistina, asfensor, cruzar la cera, celpudo y rebundancia.