A pesar de mi tos pertinaz, que me tiene putrefacto, este finde está siendo muy bueno porque me han pedido amistad una legión de mozuelas de nombres grimosos tipo «Giordana Quinzia» «Mari Nwande Smith», y así. Todas ellas invitándome a unirme a sus grupos de adultos. No sé muy bien de qué tipo eran los grupos en cuestión. Seguramente de encendidos debates teosóficos, crítica literaria y papiroflexia.
Y luego ya, para completar el zumo de torrezno, me encontré con una apacible señora que escribía «inectos» y «balla» y a la misma vez, entre terribles invectivas y cagamentos, llamaba analfabetos a todas las personas que no eran ella.
Bloqueadas todas por estomagantes. Gonsumadre.