Hoy es uno de esos días en los que, a pesar de que todo salió redondo, me apetece mirar al cielo y gritar «¡Eh! ¡Devolvedme a mi perrín!».

En fin, que a veces el concepto «echar de menos» se te acomoda en la garganta y crece hasta ocupar todo el espacio disponible. Hay días y días. Hoy es uno de ellos, y está bien que sea así.

Mañana será otro día, y también estará bien.