Una vez más, he sido víctima de la indiferencia de una honrada trabajadora del sector del estafujo finansiero.

Elma, a la que el autocorrector del móvil ha bautizado como «Roma», que se conoce que mola más, me ha dejado en visto. La veo mientras se regodea con los mondongos posaos en el bidón oxidao que tiene Mbdongue a la entrada de su locutorio para que descansen sus clientes entre negosio y negosio.