Tras una semana de experiencia como operao de túnel carpiano, concluyo que es una cosa que debería hacerse todo el mundo porque conlleva innumerables ventajas:
-Los primeros días tomas drogaínas y escupepacientes que no solo te alivian las molestias en el remo que te hayan intervenido, sino también las diversas dolencias menores que a partir de cierta edad se van teniendo en diversas zonas del cuerpo de la persona humana. Sobre todo las localizadas en tórax, abdomen, extremidades superiores e inferiores, cabeza, cuello, cadera, culamen, y otras. Y en lo que resta de anatomía. Por un momento, y gracias a la magia de los fármacos, casi se podría decir que mejoras muchísimo y, al fin, logras sentirte como cuando tenías 40. O sea, regular. Eso que te llevas.
-No puedes pasar la fregona, como no sea con la mano sana. Y para pasar el mocho con una mano, vale más que te estés quieto porque los resultados vienen a ser como espolvorear el suelo con miel, cocacola y batido de Sugus, escupir encima, y tratar de limpiarlo con un manojo de helechos. Eso no es normal como queda, primos. Conclusión: te libras de fregar y en casa ni te chistan al respecto porque tienes la ciencia de tu parte. Y si te chistan, friega con una sola mano y que se jodan con los lamentables resultados. Verás cómo se les quita la tontería.
-Fomenta muchísimo el dominio de todas las lenguas vivas y muertas conocidas. Si eres muy terco y muy depravado y aun así decides fregar como una persona normomanal (que tiene las manos normales), recitarás en impecable acadio el Código de Hammurabi sin dejarte ni una coma. En mi caso, durante unos 15 segundos, logré ciscarme en medio santoral y en la lista completa de faraones del Imperio Medio en una mezcla de euskera, arameo y murciano. Cosa que me supuso una demanda conjunta de la Federación de Faraones y Faraonas, la Asociación de Cagondiolaris, el Frente Popular Arameo, y la Fundación Acho, Ereh Tontoelpijo.
-Es verdad que no puedes hacer grandes cosas con la mano operada. De hecho, tratar de comerse un yogur el primer día es misión imposible salvo que pegues el vasito a la mesa con cinta de doble cara, que entonces sí puedes meter cuchara y rebañar a placer. De lo contrario, el yogur se desplazará sobre la mesa como si aquello fuera una ouija. De hecho, puse en la mesa unos papeles con las letras del abecedario pintadas, y ahora me sé todos los secretos de la muerte de Kennedy, y los del señor que repartía caramelos con droja a la salida de los colegios. Pero os jodéis, que no os lo cuento. Esto es una cosa que solo podemos conocer los operaos de túnel carpiano con acreditación oficial.
-Pasados un par de días, podrás disfrutar del yogur estándar de 125 gramos, porque ya habrás desarrollado la habilidad de encajarte el vasito en la mano lela por el método click de Famobil y meter cuchara a placer con la mano buena. Yo tenía un click cowboy al que le encajaba en el muñoncete la pistolilla de plástico cutre exactamente igual. El inconveniente es que la familia se descojona de ti. Consejo: cómete el yogur en soledad. Es importante señalar que esto no ha sido probado con el yogur ese tocho de un kilo, pero me da que sería de aplicación lo de hablar lenguas muertas con fluidez. Si queréis comer un kilo de yogur os compráis un pack de 8 yogures de persona normal, y sin separarlos os encajáis uno de ellos y se quedan pillaos los 8 a la vez. Es una técnica depuradísima que os regalo con mi natural generosidad. Como curiosidad, lo de que los packs de 8 sean indivisibles se debe a la solidaridad de Frank Cartowright, famoso fabricante de vasitos para yogur operado de túnel carpiano. Suerte para quitar las ocho tapas vosotros solitos.
-Durante la convalecencia te consuelas pensando que eres como Cervantes. Pero en idiota. Cervantes, en su manquez, escribió una obra maestra de la literatura universal. Tú te encajas vasitos de yogur por el método Click de Famobil porque no das pa más.
-Tan pronto como salgas del hospital en el que te hayas operado, la mano chunga se convierte de forma inmediata en un superimán de neodimio que atraerá to lo que se mueve a tu alrededor. De forma mágica, TODO SER ANIMADO O INANIMADO de tu entorno TE VA A HOSTIAR LA ZONA «SIN QUERER». Pasas al lado de alguien, y te roza «sin querer». Vas en el bus, y una señora al pasar en busca de un asiento te estampará con la esquina de su bolso Bimba -en el que a juzgar por la textura lleva un ladrillo refractario- en tol meñique. Te cagas. Por cierto, ¿por qué coño han quitao a Lola de la correa esa de llevar el bolso colgao? ¿Se han peleao y se ha quedao Bimba con el negocio?
Mi consejo es que cuando salgas a la calle te pongas el brazo en cabestrillo como queriendo decir MANTENTE ALEJADO DE MI PUTA MANO. Mi conclusión es que el cabestrillo anula automáticamente todas las propiedades magnéticas de tu mano. Si el cabestrillo es fosforito y lleva luz estroboscópica, MEJOR. Porque aun así habrá quien no lo vea.
Hay otras ventajas pero no os las cuento hoy, que estoy cansao de teclear torpemente con una mano na más. Como si fuera un enchufao en un ministerio. Y eso sí que no.
Hala. Con Dios.
Pd: esto, habiéndome operao primero la mano no dominante. Ardo en deseos de ver qué nuevos retos me esperan cuando me hagan el mantenimiento de la buena. Va a ser acojonante.