Sin lugar a dudas, el día viene marcado por dos eventos siderales:
1. Mi hija tratando de matar una mosca por el procedimiento de fumigarla en vano con el flis de la mopa. En el momento de redactar esta crónica no hay datos fehacientes acerca del óbito del insecto, pero es presumible que se haya quedado muy limpito.
2. Una persona cuelga un selfie con más filtros que el escape del coche de Barbie. Una cosa acojonante. En la imagen se aprecian graves mutaciones de la presunta piel de la persona en cuestión. Alguien con muy mala baba loa en un comentario la belleza del retrato. La persona retratada afirma con to lo gordo que «es por el maquillaje». Mátame, portaviones. Le estáis dando a los filtros un trabajo por encima de sus posibilidades. Eso tiene más faena que la factoría de Satisfyer.
Y por eso hoy tiene que ser un día bueno a la fuerza.