Si en la primera cita, según empezáis a cenar, se pone a hacer una detallada cata del vino en plan:

«sin duda, se trata de una equilibrada mezcla de uva Piernaud Pollôn y alguna rama subvarietal de garnacha del valle de Alpedrosa del Caudete. Esto último se manifiesta en el delicado aroma a prímulas, humo de cigarro habano y una punzante nota de canela con postgusto a ostras del Mar Negro que…»

Puede ocurrir que:

1.- Sea completamente imbécil. De hecho, esto es seguro.

2.- Lo del humo de cigarro, el olor a canela y el postgusto a ostras del Mar Negro, habla mayormente de que frecuenta puticluses de Sebastopol o algún lugar sórdido de Georgia. Por lo del jarrón cutre de prímulas en el taquillón dorado de la entrada, el olor a tabacurcio, a ambientador de canela pa tapar a saber qué olores, y el postgusto a ostra rancia de mar interior. Otra cosa no se entiende. (para los enteradillos: información extraída del estudio «Puticluzovs, saborania ostronie, primulazoz, tabakenko tufova, canelova ambientadorovich: antrov marevnia negroski ¡Ufff! ¡Puticlenia tochenka!» de los profesores Antonev y Cuniadenko, de la Universidad de Pajistán Occidental.

3.- Si está tratando de impresionarte con sus papilas gustativas de retardadico pedantorro sin venir a cuento, seguramente es porque no te va a poder impresionar con el fistro sesuarl ni con na que no sea lo tontísimo que es. Sal corriendo y no se te ocurra ir en dirección a ningún polígono de Georgia, que es donde se va a dirigir el andoba con total seguridad.

4.-Todo lo anterior junto.

Y hasta aquí, el boletín informativo de hoy. Y recuerda: si en todos estos años no lo ha querido nadie, es por algo.

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