Por si no se han dado cuenta se termina el verano, miles de parejas preparan los papeles del divorcio después de comprobar durante las vacaciones que no se soportan ni por telegrama,  como cada año llega la vuelta al cole en El Corte Inglés, este bloguero vuelve a la carga con ánimo de perpetrar al menos una entrada semanal,  y tantas otras desgracias que todos y todas conocemos y conocemas.

En definitiva, sufridos conciudadanos y conciudadanas del mundo, ha llegado septiembre y la madre que lo alumbró con fuertes dolores de vientre.

Septiembre es, como casi todos los mortales saben, un mes precioso: si tienes nenes ya te puedes preparar porque te la meterán doblada con libros de texto de todo a cien a precio de incunable, uniformes, mochilas y otras perversiones   que a juzgar por los clavos que te aplican en la cartera, deben estar diseñados por Prada y manufacturados por el primo segundo de Armani, comedores que deberían ser a la carta, y para qué hablar  de las múltiples actividades extraescolares, como ballet, futbito, lanzamiento de escupitajo o tiro al botijo, que contribuirán a la formación de nuestros vástagos e incluso de nuestras vástagas para  que el día de mañana y el de pasado mañana se conviertan a su vez en ciudadanos y contribuyentes de pro y de pra.

Otro elemento esencial en el mes de septiembre son los tradicionales extractos de la tarjeta de crédito, que tanto han contribuido a elevar nuestra presión arterial, a disminuir nuestras cuentas corrientes y a expandir nuestras gónadas. Todos hemos sentido ese extraño vuelco al corazón cuando vemos en el extracto que una malvada entidad denominada «Segismundo Panocha e hijos S.L.» nos ha cargado 200 del ala y posteriormente hemos pasado a una mezcla de alivio,  mala baba y ardor de estómago al recordar que se trataba del restaurante donde nos comimos aquella paella medio pasada con algunos cadáveres de langostino y mejillón escondidos entre el arroz y  una botella de tintorro con gaseosa «La Pitusa». La restauración veraniega tiene mucha miga.

Pero si hay un elemento que define a este magnífico mes al que hoy rendimos homenaje,  son esos monumentos a la creatividad y la imaginación editorial más extremas. Sí amiguitos: me estoy refiriendo a  los mil millones de coleccionables que invaden los kioscos patrios y que hacen que uno se parta la caja de cambios a poco que se fije:

  • «Construye tu propio Seat 127».  Con la primera entrega  la palanca de cambios y de regalo el portafotos de «Papá no corras». 
  • «Manualidades con mocos» 
  • «Tapetes del mundo» Con la primera entrega recibirás un moderno tapete de ganchillo para tu TV LED de 48 pulgadas y de regalo  la peineta y el brazo derecho de la bailaora flamenca para que tu salón sea la envidia de tus vecinas canis
  • «Aprende a usar Internet con Epi, Blas y Teddy Bautista». Serás capaz de bajarte pelis, virus, música  y porno en tiempo record. De regalo el libro «Llévatelo calentito con Teddy» con prólogo e ilustraciones de Ramoncín.
  • «Aprende a relajar tus esfínteres» Patrocinada por el Ministerio de Economía – Gobierno de España. Incluye un DVD con los mejores monólogos de Zapatero, Blanco,  Rubalcaba y otras estrellas del Club de la Comedia. 
  • «Preservativos de punto de cruz». Magnífica colección recomendada por la Conferencia Episcopal dentro de su campaña «Procread, pecadores de mierda». 
En definitiva, queridos internautas de la Internete, con septiembre hemos topado. Y que no falte.