Ya está hecho.  El mundo de la farándula  cinematográfica se ha dado su autohomenaje anual y están todos encantados de haberse conocido a sí mismos. Y es que a esta gente el tema del onanismo le pone mucho, lo que pasa es que necesitan una puesta en escena un poco más elaborada que el común de los mortales, que con una mísera  revistilla o un poco de imaginación  se apañan. Hay que decir que los Premios Goya tienen muy mala rima. Claro que al principio habían barajado otros pintores como Rafael Zabaleta, pero como rimaba con «teta», a los académicos  les pareció que podía prestarse a bromas chanzas y/o chascarrillos de diversa índole. Por ello, pensaron inmediatamente en el ilustre pintor Francisco de Goya y de ahí surgieron los Premios Paco , reconvertidos al punto en Premios Goya para que no rimasen con «currutaco».

Pero dejemos de lado los  detalles históricos y vamos al meollo de la cuestión (el lector avispado observará que estas últimas palabras riman respectivamente con pollo y testículo):

La cosa es que desfilaron por la kilométrica alfombra roja una nutrida tropa vestida elegantemente con   prendas cuyo valor total fácilmente permitiría construir un bloque de modestas viviendas sociales, tres videoclubs porno y dos Doner Kebap. Eso sí, muy guapos y guapas todos y todas incluyendo a los Bardem, que al igual que a Julio Iglesias les encanta España y por eso viven en Miami, o «Jólivuz» o donde coño vivan, o a los paritarios  Leyre, Leyra, Leyro, Sinde y Sinda (lamentablemente Sindo no pudo asistir por encontrase indispuesto). El que al parecer sí honró a todos con su presencia fue el imbécil de Jimmy Jump, esa butifarra anómala que sale con barretina a reventar actos multitudinarios de toda índole. Por favor, que alguien le de la medicación de una vez. Yo propongo que le receten extracto de garrote vil, que apenas tiene efectos secundarios y es tan ecológico que no necesita ni enchufe.

No abundaré en detalles sobre la gala, básicamente porque no la he visto, pero hay una cuestión que llama mi atención poderosamente, y es que, según la prensa,  al parecer este año no ha habido reivindicaciones sociales ni humanitarias ni nada de nada, cosa curiosa dada la pertinaz llovizna que nos viene empapando estos años. Se conoce que o bien  esta gente no lee la prensa, o las cosas van bien en sus respectivas casas y casos. De lo que parece que van sobrados es de raseros de todas la medidas, que ya se sabe que con buena Goya bien se pinta.

Por eso, amiguitos, gritemos todos juntos: ¡Que viva el cine español! y añadamos: ¡Pero que viva de lo que produzca! Más que nada, porque tratándose de una «industria» (recordemos que ellos mismos hablan de «industria cinematográfica»), debería de jugarse mayormente sus propios cuartos y no los de todos.  Valga como ejemplo que «Pa negre» es la segunda película ganadora de un Goya con menos espectadores, tras «La Soledad». Siceramente, ojalá recuperen la inversión (unos 4 millones de leuros de curso legal), cosa que tengo entendido que no suele ocurrir en nuestro cine y tal vez haya que preguntarse porqué.

De la temática del cine español en general, mejor no hablamos ¿No aburre un pelín ya el tema de la Guerra Civil? De verdad, que hay más cosas de las que hablar. Tengo entendido que  incluso hay épocas históricas anteriores a 1936.

Yo al menos tengo sentimientos un tanto encontrados  y no puedo dejar de pensar si todo esto es realmente necesario dada la situación actual. Y eso que yo me encuentro entre los «afortunados» que de momento tengo trabajo y aún puedo hacer malabarismos para llegar a fin de mes y tener a mi banco contento.

La madre que me parió… aquí hay algo que no me cuadra. Bueno, les dejo, que tengo que descargar «Pa Negre»…