Tanto cuento y tanta historia con llamarlo «Intu Asturias», que eso estaba claro que no iba a cuajar, y ni Dios lo iba a llamar así.

A ver, igual si en lugar de en Siero estuviera en África central, el nombre cuadraría más, aunque con ligeras modificaciones: por ejemplo, «¡INTU LUMUMBA!». Que en swahili(pollas) quiere decir «Lugar donde expenden todo tipo de mercaderías».

Ahora ya, rendidos a la evidencia, los del Departamento de Naming, Branding, Marketing & Social O’jetes, lo vuelven a llamar Parque Principado, perdiendo así la oportunidad histórica de llamar a los sitios tal y como los llama la gente. Ya puestos, lo lógico hubiera sido bautizarlo como «Parqueprín», que aunque suene como a nombre de imprimación isobutílica para suelos de parques infantiles, es como lo llamamos todos los mortales a este lado del Huerna.

Es una cosa loca ¡Qué manía de llamar a las cosas por nombres de mierda sin gancho, ni alma ni ná! Es como decir «Crecimiento negativo » para referirse a una crisis económica de la hostia, o «ciudadano subsahariano que visita un mall» para referirse a un señor negro de los que irían al INTU LUMUMBA.

Si es que…