Definitivamente, la luna roja son los padres. Esto es como aquello que metías la camisa llena lamparones de tomate Solís, barro y mocos en un balde, la sacabas tres milisegundos después, y ¡Alehop! aquello parecía la castañuela de Julio Iglesias recién salida del método Dentix, que daba gloria de ver la blancura. Mentira podrida. Como mucho se difuminaban las purulencias que eso parecía la sábana santa pero con mangas. «El frotar se va a acabar», decían.

Ya no se puede creer en ná…