Primera hora de la mañana: mensaje de un señor de color. Concretamente negro. Se dedica a la santería, sanación, lavao y engrase, y tiene un teléfono de esos de pagar por las consultas de a ver si te aciertan las cosas que ya sabes. Miro su perfil. ¡Coño! También tiene servicio de sacrificio de gallos pa’l mal de ojo o pa guisar en pepitoria o algo así ¡Uhaaaaala! Estoy sobao, y no valoro en su justa medida lo que Feisbu me pone por delante. Así sin avisar me da las bendiciones de Dios y la Virgen pa mí y mi familia. De gratis. ¡Hotia qué tuto! M’acojono muchísimo de eso que se te caen las legañas solas sin hurgar. Bloqueo

Poco más tarde: Yanfransuás me pide amigamiento. Por el nombre y porque dice que vive en tulús deduzco hábilmente que ha de ser francesa. Como la tortilla y la manicura. Además tiene una vela de olor como foto de perfil, y a mí todo lo que vienen siendo velas de olor e inciensos me mola muncho. A los cinco minutos me mensajea y me dice hola. Y voy yo y le digo que hola también, ahí con un par. Al límite. Y entonces ya me pregunta cómo estoy.

Así: «¿Cómo estás?»

Ante tanto desparpajo ya me huelo la tostada francesa (jujujuju, claro, como es de tulús lotrec…) Y voy y le digo yo: «bien». Incauto de mí. Ahí, contando intimidades a Yanfransuás ¿A tí que coño te importa Yanfransuás? Algo quiere de mí. Mi cuerpo fijo que no. ¿Tal vez mi dinero? En tal caso tiene el ojo clínico en el ojette o en la pondeter. ¡Ay, pobre! Y entonces ya me pregunta si necesito un préstamo. Sin preliminares ni nada. ¡Ay Yanfransuáaaaaas! ¡Qué pillina! No especifica si un préstamo de dinero, o de bendiciones o de qué cojonuás va la cosa. Por acelerao, voy y le digo que no. Como si anduviera o anduviese sobrao de dinero y de bendiciones. La bloqueo. ¡Mierda, otra oportunidad perdida!

¿Qué será lo próximo que me depara el Internete para hoy? ¿Un bulo de los gordos? ¿Un selfie con orejas de gato? ¡Ay no, ya sé!

¡FEISBUK, AHORA QUIERO A ALGUIEN OFENDIÉNDOSE MUCHO POR COSAS QUE NADIE NORMAL SE OFENDERÍA NI DE COÑA! ¡PORFA, PORFA!

Jo, qué día más güeno…